miércoles, 6 de julio de 2016

Escamas




Paternalismo: tendencia a aplicar las formas de  
autoridad y protección propias del padre en la familia 
tradicional a las relaciones sociales, políticas y laborales



Cuando el testamento sea leído
no habrá herencia para los fuertes.
Cuando el testamento se firme
no habrá futuro para los valientes.


Me dijeron: habra Serpientes
en la cuna donde nazcas.
Me dijeron: llegarás con el pecado
y tú les recordarás su pecado.

Llegue entre Serpientes
pero nací con su marca.

Me susurraron para que yo encarnara
su culpa.
Me incitaron para que asumiera
su destino.

PRIMOGÉNITA

Lo peor que le puede pasar al padre
es rechazar,
Rechazar su destino.
Lo peor que le puede pasar al padre
es rechazar. 
Rechazar su marca.

Repté mis caminos en horizontes
subterráneos y húmedos.

Cuando el testamento se firme
quedaré exenta de asumir su culpa.

Nací entre Serpientes.

Al padre le debo formarme en torno a lo que se odia.
Le debo formarme con la venganza
Secreta
de saber que no le debo nada.

Solucioné mis culpas con el destino que me ofrecieron.
Rechacé el castillo para salvar mi alma.

Mi alma.
Mi alma marcada por su pecado.

Tracé lineas invisibles 
entre los límites de su territorio.
Ciega,
creé una frontera para que pudiera habitar
el rojo de la venganza.

Mi poder 
reside en saber el derecho
que tengo de odiarte y no ejercerlo.

Mi poder 
reside en saber el derecho
que tengo de utilizar el rojo de la venganza
y no hacerlo.

Mi poder 
reside en que nací con el pecado en un nido
lleno de Serpientes.


Las Serpientes sanaron la herida que dejó tu marca.
Las Serpientes compraron tu pecado y
lo convirtieron  en saliva, proteínas y polipéptidos.

Las Serpientes me enseñaron a mudar de piel.
Piel fría, áspera y dura

Tengo un mapa trazado con el recuerdo
de tu culpa en mi cuerpo.

Escamas.

La mancha de mi costado,
el lunar de mi cuello,
mi ligero pie griego,
el tamaño de mis manos,
la textura de mi pelo.

Tengo un mapa obsoleto que trazaste para mí
con odio.

Mi venganza, roja, para mi sangre fría
reside en dos pequeños colmillos
con alvéolos.
Mi venganza reside en mudar de piel y 
sanar tu herida.













viernes, 1 de abril de 2016

veinte pasos, diez minutos, 1,70 m

Estás esperando.
Siempre esperas.

Infinita paciencia que a veces me saca de quicio.

Te veo desde fuera.
Hace uno de esos días absolutamente primaverales.

Tú sigues esperando.

Miro el reloj.
Diez minutos

Yo no esperaría tanto.

Yo no esperaría.

Me saca de quicio tu paciencia, ahora infinita.

No soy tan buena.

Calculo la distancia en pasos que nos separa:
veinte.

Veinte pasos.

Visto así desde aquí,
desde esta parte del cristal,
pareces mercancía.

Visto así parece que cualquiera,
yo misma podría comprarte.

Visto así parece que cualquiera,
ella misma podría acercarse a ti
y decirte cosas como las que yo te he podido decir,
como las que te he dicho
para que tú estés ahí,

esperándome.

Hay algo en ti,
algo que tú me has dado
algo que guardas entre el abrigo y las servilletas escritas
que hace que creas que me perteneces.
Ese algo hace, también,
que siempre me esperes

Me saca de quicio.

Nunca te pedí que me esperases.
Nunca te pedí tu paciencia infinita.

Una devoción
para alguien que no la quiere.

No quiero tu devoción.
No quiero tu paciencia infinita
Es un gran regalo con un lazo
que se canjeará en algún otro momento.

Odio tanta amabilidad.
Es, en última instancia, una forma cruel de ego.

No soy tan buena, no soy
tan valiente.

Estos veinte pasos que nos separan son ahora infinitos.

Tengo una herencia nefasta pero soy mejor que mi herencia.
Aun así no soy tan buena.
No tan buena como tú
Haces que me sienta incómoda,
culpable de ser instinto.

Tengo 1,70 de libertad
y deseo que estos veinte pasos sean un profundo precipicio.
Es abrumadora tu paciencia,
cansada tanta racionalidad,
y se torna en frío.

No administraré tu devoción.
Es tuya.
Haz con ella lo que quieras.

No hay ternura en mí para tu devoción y paciencia.

Cuando todo se haga añicos,
estos diez minutos de espera serán el precipicio.
Serán tu espada
¡Damócles!

Pero ahora sólo diez minutos y veinte pasos.

Cuando llegue te daré un beso,
asumiré mi altura,
asumiré también que soy lo que ven tus ojos,
que estoy dentro de tus ojos encerrada en 10 minutos
y veinte pasos.











sábado, 12 de marzo de 2016

diario de la pérdida y el deseo: 12 de marzo

No volverá a ocurrir. Eso dijiste hace unos años, hiciste la promesa de no tener que volver a hacerlo, justo aquí donde estas ahora. Dijiste, en este lugar nunca más, eso nunca más. Pero el engaño es propio del ser que es humano, como lo es la verdad. Creí, que esa parte que me contaste en este lugar era la parte de la verdad, la verdad de todo lo que ocurría. Ingenuidad de primeriza. Pero me equivoque y sé ahora, que la verdad está sobrevalorada, sobre todo cuando la verdad parte de quién tiene el poder  y el privilegio. Se que la verdad es la otra cara de la mentira y que a veces la mentira es más grande, más fuerte y mas verdad.

Vendrán tiempos mejores me dijiste, y vi que el tiempo se escurría entre las manos y nunca llegaban.Vi el tiempo escurrirse en sueldos, en billetes de cincuenta. 

Es algo inevitable.
Es la elección entre dos males, entre dos tragedias.
Es inefable e inevitable, y alguien tiene que hacerlo.
Matar al perro porque no se puede curar la rabia. Curar la rabia, intentar no matar al perro.
Cuando pasa eso, se produce la resolución trágica, la resolución final, sin poder tener elección. Y alguien siempre tiene que hacerlo, alguien tiene que tomar la decisión de matar para no morir, de luchar para no perder, de disparar para no acabar muerta de desidia en la mazmorra de la comodidad burguesa.
Después, siempre después de la fiesta alguien recogerá el confeti, y los trozos de tarta y los platos sucios de chocolate y pasteles. Alguien recoge las guirnaldas y las guardará en una bolsa negra.
Es un abismo la movilización hacia la acción de ruptura, es lanzarse al precipicio confiando que la caída será el proceso en si mismo y que caer es el emblema de la propia resurrección. Ser Mefistófeles como la mejor solución para el sistema que impuso Dios,el sistema que impuso el padre, el sistema que impuso la sangre, que es familia y es herencia y es apellido. Confiar en la caída, Confiar en la ruptura, en la lucha del adiós, para poder sustituir la anestesia de la tranquilidad por la acción como único valor. La acción en dirección al pasado, la acción en dirección al mismo presente, la acción hacia el futuro consensuado, hacia el futuro sin jerarquía  al futuro sin el padre generoso que nos dio el paraíso a modo de sitcom.
Amputar los recuerdos de los buenos tiempos, porque son lastres de mentiras contadas como verdades. Puños de verdades sobrevaloradas. No existe el perdón para quién elije la caída constante al vacio del presente continuo  y del futuro simple. Para que no duela,confiar en la amputación del pasado, confiar en que el paso gestara sin recuerdo este presente que ahora decido de manera violenta, para poder recoger los restos de la fiesta de mi quinto cumpleaños.
Y ahora estas otra vez aquí, ahora estás delante de este espejo diciéndote, otra vez, como Sísifo, nunca más, en este lugar nunca más. Resolviendo los mismos agujeros negros que te prometiste no resolver, jamás, nunca más. Los agujeros negros  de las cenas familiares, los agujeros negros de la madre y el padre, los agujeros negros de la distancia entre hermanas, los agujeros negros que quedan después de los finales de fiesta, del confeti, de los trozos de tarta, de los platos sucios de chocolate y pasteles. Los agujeros negros de las sitcom del paraíso del padre, los agujeros negros de la comodidad burguesa, los agujeros negros del tiempo que se escurre entre las manos, entre los sueldos y los billetes de cincuenta.


jueves, 18 de febrero de 2016

un folio

Somos inmortales porque te nombra este texto.
Apareces en estas líneas
¡Lee!
No moriremos nunca porque tú nombre
 es cada una de estas letras que ahora escribo
¡Pronúncialas!
Estás condenado a estar conmigo mientras exista este texto

Eternidad
En un folio en blanco lleno de nuestros nombres
Eternidad es el lugar que ocupan las fotos del segundo estante
Eternidad es el tiempo medido con un reloj de arena

Pasearemos siempre por un jardín
del norte de Inglaterra cerca de escocia
Ahora, en este momento estamos en ese jardín
¡Huele esa flor rosa!
Siempre

Fundidos entre el papel
Fundidos entre las consonantes
Que caen por la esquina de este te texto
Columpiándonos en las vocales del miedo

Sonreiremos para esta foto
Dos chinchetas en las comisuras de los labios
Para poder sonreír
Sepia.




miércoles, 10 de febrero de 2016

Escena

Ella llamará a su puerta. Están a finales de Abril y ese mes ha sido lluvioso y cálido. Olerá a lluvia cuando llame a su puerta.

Lleva la lluvia con ella.

Le abrirá la puerta de un apartamento cualquiera y céntrico. Le abrirá la puerta de un pequeño apartamento de una gran metrópolis. Y olerá, olerá su olor a lluvia y contestará con un ligero erizar de las epiteliales apenas perceptible.
Languidece ante su presencia y no lo sabe. Pero cree que podría ser cualquiera que ocupase ese espacio y oliese a lluvia.
Un rostro en el reflejo de un autobús.
Estará calada hasta los huesos. Y entrará despacio en el apartamento todo él, blanco y tan céntrico. Observará las esquinas, observará los marcos de las ventanas. Buscará los lugares más oscuros que pueda encontrar en ese apartamento impoluto, antes de entrar.

Hola en un susurro tejido sobre su cuerpo. Material protéico de sus encimas.

La dejará entrar y observará sus pisadas de agua en el suelo del apartamento impoluto, céntrico y blanco. Observará cómo gotea. Duda de la existencia de su cuerpo de agua mientras la ve recostarse en el sofá. Sonreirá porque cree tener una quimera domesticada, dormida en el sofá de su apartamento. Ingenuidad de los primeros tientos, ingenuidad antes de conocerse, antes de reconocerse en cuerpos que parecen iguales bajo la luz entrevelada de este mes de abril cálido y lluvioso. Húmedo y oscuro.

Una bebida caliente, un torpe beso y frases pretenciosas sobre el destino, el amor y el juego. La mujer de agua palpará sólo con las yemas de los dedos el nuevo cuerpo que se extiende en el sofá. Camina silenciosa con los dedos por cada pliegue de piel, silencio  que irrumpe el ensordecedor sonido de la ropa cayendo al suelo, del sonido de las cremalleras y los botones. Anestesia con su boca todo el recorrido que su boca hace acompañando a sus yemas.

Es un destino posible y ya empiezan a percibirlo. Los dos cuerpos iguales se susurran frases; los dos cuerpos perciben que es algo propio de la acción de comunicarse desaparecer en la otra para poder entenderse en el movimiento entrecortado.
Es torpe y es brillante. Es cálido y lluvioso, húmedo y oscuro como el mes de abril, como la mujer de agua y el cuerpo es también impoluto, blanco, céntrico, como un apartamento de una ciudad cualquiera.

Desaparecen en la habitación. Esquinas, marcos, los lugares más oscuros guardaran los cuerpos para generar otro ser, otro ente que obligará a seguir desapareciendo en la otra con cada intento de comunicación que haya. El existencialismo del momento se percibe como un instante eterno.
Suena una canción fácil, mientras recogen los restos y montan el puzzle de los nuevos seres engendrados en sus mismos cuerpo y llenos de otras palabras.



 PD: escuchar muy alto y con luces verdes. Gracias por estar ahí.




martes, 12 de enero de 2016

Ansiedad y no es un bolero



De conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación, etc.

Intelectuales o cognitivos: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.

Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc




Esto es un día a día cuando tienes ansiedad.

Ansiedad no es estrés.

Ansiedad es una parte del carácter, el estrés tiene más que ver con algo circunstancial, puntual. Ocurre.

Eres alguien con ansiedad  pero ¿cómo era antes.?
Vivir te provoca ansiedad. Pero ¿no es la vida en si misma ansiosa?

Te dicen que tomar decisiones en gran medida te libera. Es mentira tomar decisiones solamente es tomar decisiones. 

El problema no es directamente contigo, conmigo. Eso lo sabes gestionar antes, desde hace mucho tiempo, antes de que te dijeran ansiedad o hiperactividad. El problema son los demás y sus absurdas preguntas cuándo estas en estado de alerta extrema. No ayuda, que sepáis que no ayuda en absoluto.

Confundir realidad con proyección y que la proyección acabe tomando forma real y sentir que otra vez has acertado, no querer acertar. Una interpretación absurda que se basa en el fatum.

Sentir que a veces eres visionaria, un alter ego narcisista y que se dude de la evidencia, de tu posibilidad, viable.

Odias a Tomás, odias tener fe, dudar de tu propia percepción. Tu percepción condicionada por todo lo que supone la ansiedad y sentirla brillante, sentirla real y certera.

Mesiánica

Así todo el rato.

Sola, sola sin mi, desconectada de mi. No querer escucharse más, porque como apunta este texto una es siempre muy aburrida.

Olvidar tu derecho a no decir nada, que se respete tu derecho a no ser, a no no estar, a no dar ninguna explicación a nadie por nada, nunca.
Nunca es una palabra magnifica.

Estar en una sopa de sentimientos un día de agosto. Tiempo contra emoción. emoción contra tiempo. Cómo se mide la intensidad de lo que sientes.

Sentir,  a veces, en un solo cuerpo diferentes estímulos emocionales externos que no son propios, como reconocimientos de algo que has sentido, que conoces, pero que ahora no es tuyo, no te pertenece pero está ahí, en tu bolsillo izquierdo, junto a tus cosas, enredado, enmadejado.

No saber cómo nombrarlo, no poder nombrarlo, ser solo sentimiento, ser solo muchos sentimientos distintos y nadar. Dudar entre nadar o abandonarse.

Ansiedad emocional.

Sentir en exceso, sentir que sientes más que los demás, que los demás te acusen de demasiado sentimiento. Sentir millones de sentimientos a la vez, notar los icebergs de los que te rodean como propios. Un exceso todo el rato.

Es tan cansado.