lunes, 23 de enero de 2017

EPISODIO PILOTO

El tiempo se dilata en la habitación.
Los jacintos morados caen en el suelo y las orillas están tranquilas.
No hay ya casi historias épicas.
Quién quiere la épica y sus verdades absolutas.
Quién quiere la tragedia si una sitcom puede resolver todas las preguntas.

No hay ya historias que cuenten historias.
Solo queda la metaficción.
Comer-devolver-cagar constantemente
No hay creación en la habitación donde el tiempo se dilata y
la post-modernidad ocupa el espacio de la discusión.

Meta-discurso en pareja.

Suena una canción que no tiene un origen claro
Clio susurra la narración hecha de realidades subjetivas y echa realidades subjetivas.
Clio muere en el silencio
No hay épica,  no hay tragedia, no hay ficción
y no hay tampoco historias.
No hay dolor sino hay recuerdo ahora.

Ahora que los jacintos morados caen al suelo y están tranquilas todas las orillas.

Cualquiera puede ocupar la habitación que dilata el tiempo
y el tiempo es la sangre de la herida no cicatrizada del costado.

No hay promesas de resurrección.
No hay promesas de fama.
La fama es propia de la épica, de la tragedia,
del poema que se cuenta, del que se lee.
Y ésta bien pudiera ser la historia de una pareja
que está en una habitación dilatada por el tiempo
y con dos musas susurrando en sus dos oídos izquierdos
que ya no hay melancolía,
definitivamente.

Un cara sin rostro es la trampa para empezar a contar.
¿Sabes tú cómo es esta historia?
El hilo tejido lo tiene la parca.
Nuestra pareja
está tan desesperada
que provoca la ternura;
pero tú, lector, no tienes ternura.
Y tampoco yo, que soy quien cuenta ahora este cuento.

La pareja que esta en la habitación que dilata el tiempo.
La pareja que tiene dos oídos izquierdos.
La pareja cuyo hilo atesora la parca tiene dentro de sí toda la ternura del mundo.

Es sólo que aún no lo sabe.

Los jacintos morados caen en el suelo y las orillas están, siguen estando tranquilas.

Este es el decorado de la última sitcom de moda.
El decorado de la última comedia de situación que seguro que ya has visto.







No seré más tú hijx



Para ser madre hay que tener hijos;
Para ser madre hay que tener hijas,
ser mujer,
tener familia.
Hay madres que no encuentran sus hijos.
Hay madres que no encuentran a sus hijas.
Madres sin familia,
Madres patria,
madres patrias.
Hay madres que no tienen hijos.
Hay madres que no tienen hijas.
Pero no hay hijas
Pero no hay hijos sin madre.

Toda hija, 
todo hijo
tiene una madre.

Se puede ser niño,
niña y no tener madre;
pero no se puede ser hijo,
hija sin madre.

Toda hija, 
Todo hijo
tiene una madre.

“Madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle”.

En la calle no están las madres sino los hijos, 
las hijas que son la calle para las madres.

La calle es el espacio donde se puede carecer de identidad
La calle como un espacio sin identidad
Sin deseo, 
sin yo.
La calle como una duna móvil.
Calle duna móvil.

En la calle hay anuncios que hablan de madres.
En la calle hay anuncios que hablan de hijos,
de hijas.


No seré más una hija.
No seré más un hijo.
Tu hijo, tu hija.
No te llamaré "madre".
Sin tu nombre, madre
¿Puedes desaparecer?
Si no te nombro, madre,
desaparecerás.
Si no me nombro "hijo", "hija",
¿No puedo ser huérfana, 
huérfano de madre, madre?

No hay madres,
Ni hijos. 
No hay hijas
y solo esta la calle 
es tan grande y hay en ella tanta gente...

Matar al padre,
a la madre.
Matar al testigo que es el hijo
al testigo que es la hija.
¿Qué queda si no hay testigo?
Si se mata con él la herencia
y la Historia.
¿Qué queda si no hay Historia?
¿Qué somos si no hay herencia?
No hay identidad que llevar sobre los hombros
No hay identidad que aguante esta calle.
El líquido, el orín.

No volveré a hablar de madres, de padres.
Hablaré de la calle
y de la masa que son los hijos;
de la masa que son las hijas cuando desaparece la identidad de nombrarlas:
Hija.
Hijo.

Te quito el peso, madre, de ser mi madre.
¡Se libre!
No eres mi madre.
No te nombres como madre.
No tienes hijas ni hijos.
Porque, lo siento mucho, madre, 
pero yo ya no soy tu hijo, 
yo ya no no soy tu hija.

No me llames.
No soy el nombre que sale de tu boca.
No soy el nombre, sino el verbo y, 
porque me narro no formo parte de la decoración.
Esta decoración que llamas Casa, familia, patria.
No hay hogar para los malditos,
No hay hogar para quienes no nos nombramos como
hijo, 
como hija.

Sé lo que quieras ser pero deja que me vaya.
Me libero de mi destino, de mi identidad de hija,
de mi identidad de hijo,
De ser nombrada tu hija
De ser nombrado hijo tuyo.
No te pertenezco.
No te debo la gracia que es la vida.
Una vida que no pedi pero
que ahora es la mía.

Lo sé.
Soy yo quien no la quiere
quien la desprecia.
quién no se nombra.

Siento el daño que te causa la libertad de no ser más mi madre.
Siento el dolor que te genera mi desprecio.
El desprecio de no querer nombrarme como hija,
como hijo.
Siento no poder encontrar la paz en eso que llamas Casa, familia, patria.

Duerme tranquila en la habitación porque una madre nunca es responsable.

Una madre  no es responsable.
Nunca es responsable
de no querer tener hijos,
de no querer tener hijas.
Duerme, duerme tranquila.
Duerme sin culpa.

Casa, familia, hogar
Eco

Recuerda siempre que yo soy quien no se nombrara más como hija.