domingo, 28 de diciembre de 2014

Entrevista realizada por Eduardo Nabal a Isabel Terán





"En nuestro país hay recursos pero se explota al 
trabajador/a, aumentando la distancia entre ricos y pobres"



Isabel Terán (Santo Domingo, República Dominicana, 1997) es una joven estudiante en un país que lucha contra la pobreza y el nepotismo. Un lugar que pasa por momentos difíciles. Cursa el último año de secundaria y es aficionada a la literatura de distintos países. 






1) Hola Isabel. ¿Como ves tu país, el futuro de la gente joven en la República Dominicana?

I.T. Los y las jóvenes de hoy en día en la República Dominicana tienen que desenvolverse en un ambiente con pocas posibilidades reales. Considero que el gobierno no ayuda a la juventud, no hay políticas juveniles, y los/as jóvenes somos el futuro de este país. Jóvenes optimistas y con ganas de superarse es lo que necesitamos. 

2)Crees que hay mucha influencia de EEUU en la zona?

I.T: Uff si, muchas veces lo pienso y lo veo, y digo wohh estamos perdiendo nuestras propias costumbres y rasgos culturales para adoptar otras de países distintos. Por ejemplo el cine de Hollywood con películas como las de la saga "Crepúsculo" que llegan a todas la multisalas. Se prefiere que los jóvenes no piensen. Aunque en este momento el cine dominicano está conociendo un buen momento creativo, con excelentes profesionales a un lado y otro de la pantalla. Grandes directores, guionistas y escenógrafos. Mi actor favorito es Frank Perozo.

3) Os ha marcado la distancia con Haití o Cuba. 

I.T: Si nos marcan. En el caso de Haití nos marca principalmente por las condiciones territoriales que una parte de nuestro territorio les corresponde a ellos. También por asuntos de economía dándose el caso de que Haití es poco productivo y la gran mayoría de sus habitantes se ven obligados a abandonar el país en busca de oportunidades o por simple supervivencia. Lo que refleja la crisis económica.

4)Tenemos una idea de Latinoamérica hermosa pero llena de conflictos raciales y machacada por sus gobiernos ¿Confiáis en ellos?

I.T: No confiamos en ellos ya que los recursos nunca llegan donde deberían llegar. Hay personas que si son racistas por lo que te dije anteriormente de que exigen una parte de territorio que no les corresponde y se comportan de manera brusca con los que no son sus iguales. Y considero que este país produce muchos alimentos. Incluso es minero, tenemos minas de oro, cobre, hauxita,niquel y mármol pero se explota al trabajador sin recursos. El beneficiario principal suele ser EEUU. Aumentando día a día la distancia entre ricos y pobres.

5) ¿A la hora del estudio hay igualdad de oportunidades para hombres y mujeres?

I.T: En cuanto al estudio si existe igualdad. En cuanto a lo otro no creo que la gente esté en disposición de hacer esos cambios. Pero en el campo del trabajo y el salario hay diferencias muy machistas. Los hombres tienen más oportunidades. También de ocupar importantes cargos políticos. En el aspecto cultural también se nota ese desfase. Estamos en el país de los piropos. Yo me los tomo con humor. Ya estoy acostumbrada. También hay todavía algunas zonas en las que se rechaza al colectivo de gais, lesbianas y transexuales pero no todo el mundo piensa igual ni todas las familias son similares. Nos queda mucho que avanzar en esos temas.

6) ¿Cuales son tus planes de futuro?

I.T: Me gusta todo lo que tenga que ver con la administración ya sea de empresas u hostelera. De momento me encantaría poder estudiar en la Universidad Complutense de Madrid.   

                         

viernes, 19 de diciembre de 2014

Diario de la pérdida y el deseo; ahora que no estás

Ahora que no estás la vida se me hace más dificil. Eso es lo que me queda después de toda la semana peleándome con las sarténes, con la cama sin hacer, con lo siento Nemo hoy solo veinte minutos, con el coche, el abrigo, los materiales para los talleres. Después de eso solo me queda ahora, ahora que no estás, la vida se me hace más difícil.
Me siento en nuestro sofá naranja ahora más grande con tu ausencia y repito en bajito y despeinando al pelirrojo, más difícil. Saltan unos extraños resortes que no se de donde vienen ni por qué son muelles poco lubricados. Más difícil, todo más difícil. No me da tiempo a hacerme la comida, a poner la lavadora, a jugar con la 3DS, a leer ese libro que deje casi al final antes de que te fueras. Más difícil, pero ¿cómo puede ser?, esto lo he hecho antes de que tu llegaras a esta casa, esto lo he tenido antes de que viviéramos juntos y ahora, todo es más difícil. Confieso que me asuste al principio y me enfade, me enfade mucho porque me niego a ser la super-woman de los noventa, me niego a no ser dependiente. Vivo en grupo y el grupo ayuda, sujeta y mejora la vida, y sin el grupo todo es más difícil pero como puede ser un grupo una persona. Me ahogo, soy victima del amor romántico, todo y cada una de las cosas que me cuestan puedo y se hacerlas sola, pero no quiero hacerlas sola, quiero hacerlas contigo y contigo y contigo también.
Tenemos que ser autosuficientes, autosuficiente para qué, autosuficientes para quién, y si compro, compra productos de manera individual, no compartas y sigue consumiendo. Pero es que ahora que no estás mi vida es más difícil y no quiero, no me siento solo pero estoy sola por eso mi vida ahora es tan complicada. Fuimos un mounstruo de dos cabezas y cuatro brazos y por eso ahora todo me cuesta tanto. ¿O soy mitad de nadie? pero convivir, vivir en y con grupo, tenga el numero que tenga el grupo es más fácil, no es amor romántico, son cuidados, es ayudarse para que todo tenga la forma humana que precisa, mi forma humana, el capitalismo es antihumano en tanto que atiende al capital, en tanto que el capital separa y divide en tanto que el capital crea poderes en base a lo que no existe.
Sigo murmurando y digo: ahora que no estás mi vida es más difícil, mas difícil y se que mañana vienes, porque son vacaciones y mi vida tendrá el tamaño dela persona que habita lo humano.

jueves, 4 de diciembre de 2014

A B seguro que sabes por qué

Maña es viernes,
mañana es completamente viernes
y entrecruzaremos por la noche las piernas
y
cuando salga a la calle
en vez de  una catedral tomada por el mundo de los vivos,
encontrare una estación tomada.
Encontrare,
como todos los viernes a la misma hora,
la arquitectura de metal y vidrio tomada de vida
que espera el regreso de su otra vida.
Los niños, las niñas buscando al que regresa
buscando la que regresa.
Los coches aparcados en doble fila
y, el cariño, aún no he comido.
La correa de N.

Los vivos que buscamos al hueco
al hueco de la ausencia
que ha quedado entre los detergentes y lavavajillas,
entre libros ordenados y escobas en el suelo.
Un hueco muy parecido al hueco que se hace memoria de tu cuerpo
un hueco que te presiente
un hueco que te llama a través de los poros.
El was de que te retrasas
el was de que me retraso
Las llaves, la bufanda
y un junio que no se hace botella de ginebra

Quería haber escrito
un poema que no fuese este,
que no fuese completamente viernes
pero mañana es viernes,
mañana de regreso,
Y sé, que a tí, te encantan estos versos.

  

domingo, 30 de noviembre de 2014

Diario de la pérdida y el deseo: Septiembre y Finales de Noviembre

Casi nunca hablas de tu pasado. Mantienes un extraño silencio que combina con mi obsesiva presencia del pasado en este presente que tenemos entre los pies.

Casi nunca hablas de quién fuiste ante de ser este quien eres conmigo. Nos conocemos demasiado, sueles decirme cuando pregunto sobre tu pasado, sobre las historias de las personas que ahora no están. Llevamos más de una década y todavía no das con la manera de hablar de lo que echas de menos. Sé que no sabes que lo sé pero siempre escondo ases en las mangas francesas de mis jerseys de topos.

Ayer subimos al monte y hablaste de ellos, hablaste de él desde el que recuerda al que ya no esta. Hacía un sol de Septiembre, ese sol donde las últimas moscas avisan, siendo pesadas, de que van a morir. Hacía calor, el verano no quiere irse de estos campos donde el maíz ya está crecido y el trigo no es trigo sino tierra seca y rastrojo. Todavía llevo pantalones cortos y sandalias.

Andamos entre las encinas y los saltamontes. No recuerdo de lo que hablamos,  ni recuerdo el tiempo que estuvimos caminando. Andaba echándote de menos mientras te agarraba la mano.
Hay algo extraño en esta manera de conocernos; hay algo extraño en lo que queda después de devorarnos en la cama tres días por semana. Ya no nos devoramos y sabes, lo echo de menos. Lo echo de menos desde este espacio que es el ser madura. Aún así, hay cierta sorpresa en verte dudar, como si aún no nos conociéramos y tuviéramos miedo a hacernos daño por lo que no contamos y por lo que callamos, por lo que enseñamos y por lo que sabemos.

A finales de este noviembre hablamos de casarnos, de formalizar el amor y los cuidados del amor; hablamos de una boda que recuerda a una película de Fellini. Hablamos de la herida que queda con los que ya no están. A veces la vida se cuenta por ausencias.

Hoy es domingo, un domingo de finales de este noviembre lleno de lluvias y de temperaturas más altas de lo que se esperan. Mañana coges un tren por la única vía que ahora está abierta. El viernes te iremos a buscar y regresaremos a todo aquello que nos quita la distancia y la ausencia que queda de la ausencia.

Cariño, ya te estoy echando de menos.






lunes, 24 de noviembre de 2014

ENTREVISTA A ARIEL VELAZQUEZ POR EDUARDO NABAL


ENTREVISTA EXCLUSIVA A ARIEL VELAZQUEZ POR EDUARDO NABAL

Entrevista a Ariel Velázquez (México, 1991). Cursa la licenciatura en psicología educativa. Actualmente me encuentro haciendo mi tesis de licenciatura sobre la feminización del trabajo de las educadoras en enseñanza inicial. Dentro de mis intereses se encuentra el estudio del desarrollo socioemocional en la infancia, específicamente la teoría del apego, los estudios de género y los feminismos.
(Ariel Velasco aparece sin foto porque no ha abandonado aún la Universidad y además la situación en México en estos momentos, con muchas detenciones arbitrarias, está para, según que casos,  andarse con cuidado)

“Es evidente  que México atraviesa una situación crítica, la cual no sólo se reduce al caso de los estudiantes de Ayotzinapa”
Hola Ariel.  Hace poco han desaparecido un grupo amplio de estudiantes en México Lo de las desapariciones en Latinoamerica, así de entrada, no suena muy bien. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
Ariel Velázquez: Las llamadas  desapariciones en México no son nada nuevo. Es un problema que ya lleva bastante tiempo junto con otros muchos problemas los cuales tienen como característica común la violencia, la corrupción y la impunidad. Con respecto al  caso de los 43 estudiantes “normalistas” de Ayotzinapa “los desaparecidos” pertenecían a una escuela Normal (para formar profesores/as de educación básica) de una zona rural de guerrero el cual es el estado más pobre dentro del país. Estos estudiantes irían a manifestarse con motivo de la masacre estudiantil ocurrida el 2 de octubre de 1968 en México. En dicha manifestación año con año se reúnen gran cantidad de estudiantes universitarios y civiles para recordar este trágico acontecimiento.
La desaparición de estos  estudiantes ha desencadenado en México una serie de manifestaciones solidarias las cuales exigían en un principio la aparición con vida de los 43 estudiantes normalistas. La protesta ha ido creciendo. Han pasado casi dos meses y se han realizado múltiples concentraciones y paros estudiantiles, pero hay dos acontecimientos que vale la pena destacar:
En primer lugar la manifestación del 9 de noviembre, la cual ha sido una de las manifestaciones más multitudinarias en la cual exigían no solo la aparición de los estudiantes sino que también muchas de las personas asistentes  manifestaba su descontento por el gobierno de Enrique Peña Nieto, el actual presidente de México, gobernado por la derecha corrupta del PRD.  Dicha manifestación termino cuando un pequeño grupo de encapuchados quemó la puerta de palacio nacional en el zócalo del Distrito Federal, capital del país. En consecuencia se realizaron una serie de detenciones arbitrarias a personas que inclusive no se encontraban presentes durante el incendio de la puerta. Cabe destacar que gran parte de los manifestantes no aceptó que se quemara la puerta y fue solo un pequeño grupo- posiblemente policías o militares infiltrados-  quien realizo lo antes mencionado.
En segundo lugar se encuentran las manifestaciones llevadas a cabo el 20 de noviembre, día que en el que  se celebra en México la revolución mexicana. En años anteriores era una tradición que en la capital del país se realizara un desfile militar para conmemorar dicha fecha , sin embargo por la actual situación del país dicho desfile fue cancelado y en su lugar miles de personas se manifestaron no solo por el caso de Ayotzinapa sino también por su descontento general con la situación del país .
Es evidente  que México atraviesa una situación crítica, la cual no solo se reduce al trágico caso de Ayotzinapa,  como ejemplo de esto es el gran problema de feminicidios ya que cada día son asesinadas un promedio siete mujeres en la república Mexicana y la trata de blancas, con respecto a esto cada vez son más personas las que sufren explotación sexual o son obligadas a trabajos forzados.

La escritora y activista feminista Sayak Valencia  nos habla del estado tanatocratico de México, de la violencia institucionalizada pero no cree que sea exclusiva de allí. ¿Realmente vivimos un momento de capitalismo gore?
A. V: Creo que la violencia en el mundo se está normalizando cada vez más, la gente se preocupa menos por otras personas y se vuelve indiferente ante el dolor ajeno. Es cierto que en México nos gobiernan mediante el miedo, esa estrategia se ha usado siempre con los mexicanos a lo largo de la historia, pero si seguimos el hilo de dicha historia encontraremos que casi siempre ha desembocado en un conflicto armado. Precisamente a eso le temo. Es claro que se necesita un cambio, ya que la actual situación de México es  nociva y afecta a muchas personas. Hace falta que México este unido y nos apoyemos realmente los unos a los otros/as.
¿Cómo ves el avance de los derechos LGTB allí? ¿Hablar de México, sin tener en cuenta sus diferentes zonas, como un lugar violento y machista es una generalización colonialista o peligrosa?
A. V: México es un país muy grande. No solo culturalmente sino también geográficamente. Es un error hablar de un México cuando realmente somos muchos Mexicos cada zona tiene una forma distinta de ver el mundo. Específicamente en El distrito Federal (o ciudad de México) se han conseguido grandes cambios en lo que respecta a leyes como la que apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo o la ley que permite la interrupción legal del embarazo, sin embargo aún hay otros lugares de la republica donde la “comunidad” LGTB sigue siendo reprimida e invisibilizada, hay zonas donde te pueden matar  por ser gay. Dichas diferencias se notan no solo de un estado a otro sino dentro de una misma entidad federativa. En la ciudad de México, por ejemplo, la población es tan  heterogénea que el grado de machismo u homofobia a la que te enfrentas es muy variable de barrio en barrio. Cada zona es muy desigual.
Pero yo diría que uno de los grandes problemas de México   es el machismo. Estés en donde estés, sea disfrazado o explícito. Hay regiones en donde los padres cambian a sus hijas por una vaca, excusándose en usos y costumbres más que  arcaicos.
La proximidad a EEUU supongo que tendrá algo bueno pero sobre todo ha creado mucha mitología, incuso ficciones y  ensayos de lesbianas que se fueron a EEUU en busca de oportunidades y se encontraron formas más o menos solapadas de racismo y sexismo.
A.V: Depende desde donde lo mires, yo diría que muchos mexicanos sueñan con ser estadounidenses o europeos, suelen ser  muy malinchistas pero a la vez no dejan de sentirse los más patriotas. Aunque en el discurso la división de castas se acabó con la independencia es una realidad que en el México del siglo XXI ser blanco de ojos claros representa una gran ventaja pues la gente les da todavía un trato especial. Es común que cuando sales a comprar frutas o verduras a los mercados populares los comerciantes te llaman  güerito o güerita como un tipo de halago aun cuando en realidad pocas personas aquí son “blancas”. Si un mexicano o mexicana se consigue un novio o novia blanco  o extranjero (europeo o estadounidense) no faltara quien le diga comentarios terribles del estilo  “que vas a mejorar la raza”.
Yo diría que mucha gente de aquí tiene un sentimiento ambivalente por los estadounidenses, los detestan porque no se parecen ellos, ni en lo físico ni en lo económico pero al mismo tiempo los ven como un ideal a seguir… y van a teñirse el pelo de rubio o miran a esa cultura que no es la suya.
Existe la idea de que la violencia en México está muy ligada al narcotráfico. Pero que el Gobierno se beneficia, directa o indirectamente, de todo ello. ¿Cómo lo ves?
A.V: Ese es un tema muy complejo, creo que lo único que puedo decir sobre eso es que las drogas hacen mucho daño al individuo, y en México sus mayores consumidores son adolescentes y adultos jóvenes (quienes por lo regular suelen cuestionar la autoridad)… Es una manera de quitar a los subversivos de encima es durmiéndolos, drogándolos.  Por otra parte muchos piensan que este es un problema exclusivo de México cuando los principales consumidores están en Estados Unidos, recordemos la ley de la oferta y la demanda, es un problema global. No solo de México.

¿Y cómo ves el movimiento LGTB allí? Porque hay mucha producción cultural pero las noticias son contradictorias.

Ariel V: Conozco a  gente metida en dicho movimiento. Muchos son artistas, activistas  o estudiantes universitarios. Como dije antes la homofobia es el pan de cada día en muchas regiones del país, esto en parte por la nefasta educación Católica y radical que han recibido la mayoría de los mexicanos. Recordemos que la Biblia es la principal aliada del patriarcado hetero-normativo. Luchar contra una forma de pensar que fue impuesta hace más de doscientos años y que ha sobrevivido y mutado a lo largo del tiempo es algo difícil. Pero aunque los avances son lentos cada vez se nota más inclusión a dicha comunidad. Por lo menos en la ciudad de México. 

sábado, 22 de noviembre de 2014

Diario de la pérdida y el deseo: nombrarse desde fuera

Llevo días seca. Supongo que es algo inevitable. Es lo inevitable que provoca el cansancio, las horas o los días o, simplemente es algo producto de la existencia, inherente a ella; el estar seca, sentirse seca. Es algo que forma parte de la vida y la cose.

Acabo de leer un artículo sobre la dislexia y he descubierto que, en apariencia, parte de mi vida y parte de mi adolescencia es el producto de la dislexia. La dislexia provoca: baja autoestima, trastornos alimenticios, frustración e incapacidad, es decir, todo lo que me acontecía de niña. Todo lo que me pasaba resumido en un artículo sobre la dislexia. No soy diferente, soy disléxica.

Mi percepción sobre mí no se ha formado con la idea de ser disléxica, sino con la idea de tener dislexia y ser diferente.No diferente por la dislexia sino diferente per se, por mí misma (concepto capitalista de individualidad y diferencia, concepto occidental del individuo) y me descubro que soy diferente por la dislexia. Esto me ocurre a veces. A veces me leo novelada y luego esa novela encaja en un estudio, o un dato interpretado o incluso en una clase social, una tendencia sexual o una identidad. Es decir, hay más personas que reúnen mis características, unas características que puedo nombrar de otra manera, que puedo nombrar ¿desde fuera de mí?.
¿Es un choque contra la realidad o es otra realidad? Esa otra realidad ¿soy yo o es una parte de mí?. ¿Es una lectura que recae en o sobre mí o son unas lecturas que se yuxtaponen en el mismo momento en el mismo cuerpo?. La cristalización  de varias lecturas en un sólo cuerpo. No todas nos gustan y no queremos que todas pasen a formar parte de lo dicho. ¿Son todas las lecturas validas?.  Es más, yo puedo ponerme pesada y decir que no soy disléxica sino que tengo dislexia y puede que me equivoque, o puede que acierte, o puede que se den a la vez las dos lecturas como si fuese un gato de Schrödinger. ¿Eso será ser infinita?. Seamos pues, todas las personas infinitas, toquemos el infinito en el instante en el que todas las lecturas se cristalizan en un solo cuerpo.



jueves, 18 de septiembre de 2014

Lo peor del feminismo

Lo peor del feminismo es que eres capaz de poner nombre a los abusos que sufres todos los días. Lo peor es que puedes nombrar, definir y perfilar lo que está ocurriendo con tu cuerpo en un entorno adverso, y eso te provoca cierta distorsión que no se resuelve, porque eres incapaz de poner la acción como la piden desde fuera, y entonces se desborda la tú primitiva y golpea tres veces la mesa, porque es el abuso al que no se quiere parecer y el abuso que se está ejerciendo desde la supra estructura que te está comiendo poco a poco, tan despacio que no te das cuenta.
Lo peor de ser feminista es que es un método para entender el mundo pero es, a su vez, un método que el mundo no entiende y no está dispuesto a entender. Lo peor del feminismo es que no puedes no ser feminista cuando descubres todo lo que se puede hacer con él. 
Lo peor del feminismo es que no vas a renunciar a él y sabes además que no puedes dejar de serlo, no puedes dejar de mirar con los ojos que te ha dado. Lo peor del feminismo es que cuando no seas feminista, el feminismo te dirá que no estás siendo feminista y te dirá cómo salir del atolladero en el que el mundo te ha puesto. Lo peor del feminismo es que no es algo teórico, es algo tangible, pragmático, y que atiende a la circunstancia del instante, del día a día. Lo peor del feminismo es que, con el feminismo, se puede hacer trabajo y trabajar con él.
Lo peor del feminismo es que te da la voluntad para tomar tus decisiones y te dice también la razón de que no tengas la voluntad para tomarlas.
Lo peor del feminismo es que te construye un espacio de confort que no le gusta nada al mundo, y es un espacio de confort donde caben más cuerpos como el tuyo; pero esos cuerpos nunca serán hegemónicos.

Lo peor del feminismo es que acabas siendo feminista y si no, es que no sabes qué es el feminismo.


domingo, 7 de septiembre de 2014

Los Narcisos y otros mitos.

Este texto puede que sea uno de los más difíciles o puede que me resulte sencillo y legible. He de decir que tenía ganas de cogerlo y tenía ganas de decirlo porque me lleva rondando tiempo por la cabeza.
Estoy leyendo un libro de ensayos de Oscar Wilde y han caído en mis manos unos estudios sobre su obra y la de Baudelaire. Diré que Wilde siempre ha sido un personaje interesante para mí y que también lo ha sido Baudelaire. De los dos he leído poesía, ensayos y teatro, pero no sé si he profundizado lo suficiente como para intentar explicar este texto. Aun así, y después de esta chapa pretenciosa y machirula, voy a empezar hablando de una serie de personajes que rodean mi vida tanto de manera física, como de manera mítica. Hablaré del personaje de la Reina de corazones de Alicia, del Rey Ricardo de la canción de León Benavente y del incombustible mito de Narciso por el que siempre he sentido cierta adoración, lo cual dice muy poco a mi favor.

Todos los personajes de los que hablo niegan al otro de una manera violenta y  parten de sentirse y creerse con el poder, y hasta aquí, nos sabemos el cuento de los personajes despóticos y crueles que maltratan a sus subalternos y dudan de sus iguales. La eterna lucha de poderes. Lo curioso de este texto que estoy intentando coser, mientras escucho a Simone, es que los relaciono con el pobre Narciso. Ahora, es el momento en que mi lector o lectora dirá "horror, ¿Narciso?, ¿ese machirulo enamorado de sí mismo, que destrozó a Eco?, no es 'pobre'; es un hijo sano del heteropatriarcado". Y tendrán razón y razones, pero como siempre me gusta dar vueltas de tuerca a las cosas y dudar de lo establecido y definido, voy a proponer una lectura, no nueva pero si revisada y recogida de algunos textos de Wilde.

Para  hablar de Narciso tengo que hablar del S.XIX y es evidente que si mencionamos a Wilde o a Baudelaire, estos personajes son del mismo siglo. Entre muchas cosas, Narciso es uno de los grandes mitos que pueden definir a este período, en tanto en cuando es el momento en el que empiezan a desarrollarse los conceptos de personalidad e individualidad, manejados por la nueva clase dominante, aunque sea cierto que tienen antecedentes. Nada nace de la nada.

En el S.XIX aparece lo que ya se puede definir como una sociedad contemporánea: se sustituye un sistema de producción por un sistema de consumo cuya base está en la burguesía, que intenta explotar el deseo como vehículo para consumir. Este deseo tendrá que crearse en modelos más o menos estandarizados pero que respondan a cierta individualidad, a cierta diferencia, casi inaprensible para unas máquinas de producción en cadena. La burguesía, entonces, se proclama con la bandera del consumo, un consumo no exento de fetichismo y, con ella, con la burguesía, aparece el individualismo, la proyección del individuo como alguien diferente en el conjunto social. El católico y conservador Balzac en su  tratado De la vida elegante, ya habla del individuo, en tanto que, el individuo es una persona. Así pues, y aplicando la premisa mens molem agitat, entiende que los andares, los modales, son actos que proceden inmediatamente del hombre y que están  totalmente sometidos a las leyes de la elegancia. La mesa, la servidumbre, los caballos...la decoración de la casa, solo derivan por así decirlo mediante la persona. Es decir habla de una manera muy renacentista y a su vez platónica (obviamos, para este texto, el concepto de universalizar con la palabra 'hombre' al género humano) de cómo el interior, elegante, se proyectara en el exterior. Estando o no de acuerdo con ello, sí que me interesa esa marcación de lo individual y recogiendo lo que antes he mencionado sobre la sociedad de consumo en la que poco a poco se va convirtiendo la sociedad del S.XIX,  y  gran parte del S.XX, tendremos que pensar: ¿qué implica en una sociedad de consumo el individualismo?. Pues, por ejemplo, gente que desea cosas que no sean necesarias, estrictamente necesarias, y que proyecten su diferencia con respecto al grupo. Es decir, necesitamos un consumidor que se sienta individual y que quiera proyectar su individualidad en todo aquello que toque y le rodee, proyectar su deseo hacia fuera y con él su personalidad.

Hay algunas teorías que mantienen que la complicación de los vestidos femeninos que se va produciendo a lo largo del S.XIX -después de los vestidos ligeros y trasparentes (corte imperio) de la revolución-, es debido a ir convirtiendo a la mujer en el objeto visible del poder del hombre. Es decir, ellas proyectan en sus cuerpos y en sus atuendos, la clase social del marido que empieza a uniformarse con lo que es un proto traje de chaqueta masculino. Este uniforme se aprecia en los cuadros impresionistas de autores como Manet. Como respuesta a tanto uniforme burgués aparece la figura del Dandy, que es el exceso del individualismo, proyectando en todo su entorno, no sólo su individualidad sino, a su vez, su individualidad artística y fuera de la norma. Y ahora me dirá mi lector o lectora ya hartx "y ¿qué tiene que ver eso con tus reyes y tus reinas e incluso con tus Narcisos reinterpretados?". Con paciencia hilaremos como Parcas este texto.

El Dandy es narcisisista o tiene extremo cuidado con él mismo y ese extremo cuidado se puede leer como una proyección del ego del que no sólo se gusta a sí mismo, sino de quien gusta de ensimismarse en su contemplación. Y volvamos al mito.
Narciso era una persona que fue condenada, en realidad, a no conocerse nunca, porque ese autoconocimiento lo llevaría a la perdición, a la muerte. Es decir, entiendo el reflejo como una manera de saber quién eres, como una manera de autoconocimiento. El reflejo se produce en el espejo de las aguas. Y es curioso, porque las aguas, las aguas profundas u oscuras, suelen relacionarse con lo desconocido, con la sabiduría, y ahora ya esta creado el vínculo. Es un tópico de algunas culturas el creer que los dioses guardaron los mejores dones y mas preciados dentro del individuo y como reza, este tipo de cuentos antropocentristas, en especial uno budista, es el único lugar donde el ser humano no buscará. Por lo tanto, el dandy como producto y atravesado por su época, en tanto que reacciona ante la creación industrial y los uniformes del hombre burgués, es una persona que se ha contemplado a sí misma, se ha gustado y ahora, es donde está la disyuntiva. ¿Una persona puede contemplarse y conocerse a sí misma?. Ahora están muy de moda aquellas "religiones" que proponen la consciencia, pero el buen dandy no sólo se contempla ensimismado a sí mismo, sino que deberá superar esa fase del autoconocimiento, de embelesarse con uno mismo para poder conocer, a través del conocimiento que tiene sobre él, al otro, al otro con todas y cada una de sus diferencias y similitudes; y al contemplar al otro, mejorar el entorno común que le rodea. Pero no desde la estética vacía y burguesa, sino desde la estética que puede mejorar de manera sustancial la vida de las otras  personas y les puede ayudar a mejorar su entorno, a mejorar su propia existencia y buscar su propio camino de experiencia estética.

Pero ¿cuántos superamos la mirada complacida y tan burguesa de mirarnos? Wilde, en algunos de sus textos, condena al dandy que sólo vive por y para él; que conoce su parte oscura pero queda atrofiado, cual ostra, en sí mismo (esto se produce en Wilde sobre todo cuando es detenido y encarcelado por la reina que dio voz a la Reina de corazones en Alicia). Un ejemplo de ese peligro que corre el narciso que solamente se contempla y busca su auto satisfacción es el retrato de Dorian Grey, en el que no quiero extenderme, puesto que he de seguir cosiendo, para llegar a mis otros dos personajes: la Reina de Corazones y el Rey Ricardo. Los dos son lo que entendemos por déspotas, viven buscando su propia satisfacción, justo al contrario que esa canción, ya mainstream, que dice no encontrarla.

Y seguimos. Hay también un narciso, que está agraciado de esa frescura e ingenuidad que se llevan a gala: es el narciso que se contempla con la ingenuidad de un niño o niña, que sólo ve lo agradable y desconoce o niega lo no agradable y, con la ingenuidad, consigue la crueldad -no nos engañamos, todo adjetivo tiene en él la posibilidad de transformación, dando con el discurso adecuado-. Después, con verdadero esfuerzo y cuando descubre el mal o lo molesto, lleva hasta el paroxismo de lo ridículo su afectación, que siempre tiene cierta dolencia de clase media agraciada. Culturalmente, se asocia con mujeres pero es, insisto, algo cultural y, por lo tanto, parte de una visión heteropatriarcal que es, por definición, machista y misógina.
Este tipo de Narcisismo que no sale de él mismo y que resulta vacío y nihilista, es muy apreciado en los libros de autoayuda o de psicología de empresa, donde la observación parte de un ensimismamiento condescendiente con uno mismo y una readjetivación de los defectos con palabras que suenen mejor. No es de extrañar que, de manera sensacionalista, digan que los grandes directores o gestores, en realidad psicópatas y sociópatas, sean gente con capacidad de liderazgo. Tony Soprano también es líder y en su historial tiene una gran cantidad de muertos; la Reina de Corazones también es líder y genera una gran cantidad de destrucción y miedo en su entorno y el Rey Ricardo es capaz de redimir los males.
Y sigo hilando, porque después de hablar de Narciso como enfermedad, insisto, quiero romper una lanza por el mito. Se puede entender que el autoconocimiento es algo positivo, es algo que es bueno, no es el qué, nunca, es el cómo, el dónde y el por qué. Y hay, en todo autoconocimiento, un profundo narcisismo que dista mucho de ser superficial y estéril. Es el Narciso que pasa a ser de un ser individual a un ser social.

Dicen que las personas que se tocan la tripa mientras hablan, o el pelo, tienen un lenguaje corporal de Narcisista. Mis reinas y reyes hacen este gesto; pero además hacen muchas más cosas. Hablaran solamente de sus sentimientos y emociones; pocas veces escucharán lo que tú sientes o cómo te sientes. Utilizarán su propio autoconocimiento para conquistar espacios tuyos.Cortarán cabezas, su poder será medido en tanto en cuanto dominen al otro a través de jerarquías que se relacionarán con tus tiempos y sus necesidades. Te ayudarán buscando en la ayuda una devolución o una forma de autocontrol sobre ti. Será gente que cuando hable de otros siempre lo haga mal. Es un tópico que se ha extendido y que ensombrece al propio mito de Narciso, el Narciso que, con el autoconocimiento de él mismo y el sumergirse en esas aguas profundas donde aparece su reflejo, es capaz de salir de ellas y toda su primera fase le sirve como soporte para pasar a ser un Narciso social que entiende el entorno e interactúa con él de manera solidaria.


martes, 22 de julio de 2014

Inventario


Donde penas y glorias no sean más que nombres
Luis Cernuda.


Hago colección de collares sin memoria.
Hago colección de collares a los que, cuidadosamente, voy poniendo un recuerdo.
Hago una cuidadosa labor de restaurador.
Recuerdo.
Coloco y olvido.

El último día del taller de verano hablo sobre la suerte,
hablo sobre la protección.
Os recuerdo sin rito y coloco el recuerdo en el collar.
Lo guardo con los otros objetos en una bolsa del Carrefour,
el recuerdo se vuelve cotidiano.
No se os puede hacer mito.
Os protejo del olvido,
respiración asistida a la memoria entre estos muros de piedra que ahora habito
y que no vais a poder oírme pronunciar.
Es un brillo, un destello, un pinchazo ligero en la garganta.
Dura poco tiempo el luto y siempre brota entre el silencio, entre calma;
pero el recuerdo acontece en el murmullo en el tumulto, en el cuerpo que falta.
Os hecho de menos.
El olvido deja paso a más olvido.
El recuerdo busca entre unas navidades o puede que un verano cerca del mar,
en un bungalow de las salinas.
El olvido es la frase: ya no estáis.
Me aterra durante unos segundos esa sensación que el olvido deja.
Recuerdo aquel cuadro tuyo de Saturno, es irónico.
Me revelo con la vida, una vida, mi vida.
Os tengo entre los genes, en el color de los ojos, en lo que sé y en lo que aprendí
pero el olvido está presente en los genes, también, entre el color de los ojos, entre lo que sé y entre lo que aprendí.

Es invisible, inaprehensible.

Llevo tu último segundero con una correa nueva.
Llevo el último collar que recuerdas haberme dado
y he tenido que tirar la última camisa que me regalaste.
Almendras, galletas, naftalina.
Olores detrás de cada polaroid.
Destellos al coger un abrigo, destellos detrás de una silueta, dentro de una habitación.
Aterra, durante unos segundos.
Destellos detrás de pasar una fotografía analógica a formato digital.

 Por si no lo he dicho, por si se  me olvida, por si no lo recuerdo.
Os diré que os hecho de menos,
sin mito,
sin drama,
sin dolor ...




sábado, 19 de julio de 2014

Diario de la pérdida y el deseo: 19 de Julio

Ha empezado a hacer calor,
ese calor que produce espejismos
en medio del asfalto.
Calor
que entra por los pies
cuesta respirar.
Calor de piscinas
y grillos,
calor de cenas de sushi
camas de sábanas blancas,
calor de nosotres tres entre esas sábanas
haciendo prórrogas al tiempo.
Granizado de limón
Amarillo
trigo brillando las noches de luna llena.
Calor
un verano y nuestras manos.
Calor, calor, calor
sonido del río a las doce.
Abejas y cangrejos
Aire acondicionado,
pistolas de agua.
Masticar hielo
pantalones cortos
los mismos del comentario del nuevo héroe adolescente
al que todo se le permite.
Vestidos blancos, sandalias,
pies descalzos entre la arena.
El calor
la ducha y un polvo

largo.

Verdejo, la via lactea.
Calor
 y un campamento al que nunca fuí.
Calor, tejados, antenas,
un cielo lleno de siluetas triangulares.

Miro el reloj
me faltan tres cuartos de hora para veros.





sábado, 5 de julio de 2014

Diario de la perdida y el deseo: Resilencias 5 de Julio






Susurra el mar entre este horizonte de cosecha de secano. 
Susurra el mar entre carreteras comarcales que llevan a cementerios de muertos vivientes. 
Susurra el mar entre las ventanas de un barrio obrero donde las únicas perspectivas son las cortinas a rayas de la casa de enfrente y una mujer sacudiendo la mopa, todos los días, siempre a la misma hora. 

No está siendo un verano cálido como dice esa canción que tarareo mientra camino hacia el trabajo. 
Tarareo para sacar tiempo para poder echarme de menos. 
Tarareo para abrir el horizonte tan estrecho de este espacio que ahora ocupo de manera casual pero que me atraviesa violentamente, que me atraviesa justo por la mitad que señala mi dedo Índice. El centro es el ombligo, la herida que queda del  ser cuando ese ser rompe el hilo con el líquido primigenio. 

Mar, te oigo todo el rato.

Susúrrame, mar, entre las noches que se escapan entre las manos y los libros que aparco en la mesa rebajada del Carrefour. 
Háblame, ronronéame, mar, entre las cosas que voy dejando en las esquinas para que las encuentres y me rescates de tanta normalidad. Para que me rescates, sin ayuda de tanta normalidad que asfixia.

No huyo de mi huyo de la necesidad del otro. 

Otro minuto suena, otra hora cae, otro día pasa. Siento el tiempo en la piel, en el cansancio que borra al otro, en el cansancio solitario del que se sobreexpone de manera casi química al sistema postfordista del ser, del tener que ser, de lo auténtico. Desaparece el otro entre tanto ruido embotellado de días, horas, minutos, segundos, nanosegundos. 

Desaparece el mundo en el mundo, que es devorado por el símbolo de un reloj daliniano. 

No me gusta Dalí. 
Desaparece el otro y, con el otro, desaparezco yo. Estoy cansada de rendimiento, de la droga química que produce mi cerebro en la necesidad de ser y estar productiva. 
Ganado protegido en una casa de cincuenta metros, 
ganado productivo entre las facturas que caen en el buzón y que llegan con un desconocido que solo es voz.

Cántame, mar, entre el pelo rubio de N que yace echado en el cojín rojo, su tiempo. 
Susurrame, mar, que mi cabeza se llena de arena. 
Susurra el mar detrás de las montañas, de las nieves, del trigo encañado, para que no olvide  todo aquello que rodea la circunstancia espacial que me devora lentamente, lentamente como reloj de arena, lentamente.

No soy conejo blanco, no soy reina de corazones. 
Sombrerero, liebre de marzo, camino amarillo sin final ni resolución, soy la que se va haciendo, la imperfecta, fragilidad humana devorada por la resta.

Susurra el mar en el chillido de las golondrinas, en el zumbido de las abejas y en el llanto del grillo.
Susurra el mar en todo aquello que poco a poco voy dejando de ser, voy dejando de ocupar. 

El trabajo no cansa como decía Pavese el trabajo duele.

Resuena el grito de las ballenas en la parte más baja de mi cerebro, 
resuena el canto para indicar la dirección entre tanta agua turbia. El vacío se parece a esto. 
Resuena el clic de las mandíbulas de los cetáceos, está todo tan lejos como alargar la mano para cogerlo. Cógelo.

Me hundiré en el azul de lo que siempre tuvo que ser, en el azul de lo que pudo ser, en el azul de lo que no termina, en el azul de lo que falla para rejuvenecer en el cansancio de un cuerpo que puede leer al otro, en el otro, en el cansancio del que medita y nunca resuelve.





domingo, 8 de junio de 2014

Diario de la pérdida y el deseo; 8 de Junio


No te afanes, alma mía, por una vida mortal, pero agota el ámbito de lo posible. Píndaro



Me  levanto. Estoy desconsolada pero sé que siempre me levanto. Es absurdo. Unas veces me cuesta más que otras. Unas veces me levanto con más rabia, otras veces me levanto más tímida y resentida; pero hay veces que tengo dudas sobre si merece la pena volver a levantarse, si merece la pena sacar impulso para seguir en la lucha de la vida. El abandono me parece una salida menos costosa y más rápida. Pero tengo demasiada fuerza para el abandono, no soporto esta necesidad que tengo de levantarme y seguir luchando, no quiero que sea mía. Suicidio.

No soy nada de lo que decís y no soy nada de lo que me imitáis. No sé qué soy, pero no soy eso.Y mira que forzáis la invisibilización, la necesidad de que deje de existir. Seguro que todo sería más fácil sin voz, sin cuerpo, sin pensamiento; pero soy voz y cuerpo y pensamiento. Es el sino divino de ser humana: regreso al absurdo y me desencanto.

Me he caído y tengo un labio partido. Otras veces me tiráis y me aparece un esguince. Duele. El dolor siempre aparece después de la caída. Se agarra al estómago, a la garganta y me produce náuseas. Náuseas llenas de desencanto que hacen que siempre tenga la duda de si merece la pena levantarse. Duele. Es mentira que el dolor se pase con una respiración profunda. El dolor cala en los huesos, el dolor sabe a desencanto envasado entre sueldos de media jornada. Gano quinientos setenta y tres euros. ¿Valgo quinientos setenta y tres euros?. 

Unas veces el dolor me paraliza tanto que no hay fuerzas para levantarse de la cama, no hay ganas de salir y vivir porque todo es adverso, todo son pequeñas espinas de alambre, todo es un absurdo, un sinsentido; pero está la necesidad de tener que ser vivido. Duele. No es un dolor constante, no hay ningún dolor constante en mi cuerpo. Es la putada del dolor, que no es constante y, por lo tanto, se hace más soportable. Es un dolor desasosegado, un dolor donde falta el aire, donde todo se nubla, pero es un dolor agudo que dura unos segundos, unos pocos segundos y luego todo regresa a la atrocidad de la calma del que sigue viviendo. Si me apoyo para levantarme, dudo de mi equilibrio -y soy buena funanbulista-. Dudo porque no sé si quiero levantarme, porque no sé si merece la pena todo lo que es bueno y brillante, todo lo que me aleja del dolor. No hay voluntad en ese alejarse. Lo sé, soy muy melodramática. Tengo pose oscura y algo perturbada, pero tengo un constipado emocional que me está noqueando la poca razón que tenía para levantarme. Respiro -¡qué bien me se la teoría!-, pero tengo la duda de si seguir respirando. Cuesta levantarse. Sé que lo he hecho muchas veces y sé que lo puedo seguir haciendo. Incluso sé que puedo sonreír mientras me levanto. Soy una enferma muy agradecida. Sé que las heridas están cicatrizadas pero no sé si quiero tener más heridas, más labios rotos y más tiritas. Odio todo lo que me rodea porque todo es susceptible de hacerme herida y no soporto tanta fragilidad dentro de mí. 

No sé si tengo lo que quiero o me he dejado llevar por todo lo que quería evitar. No sé qué expectativas tenía, pero mi vida me cuesta y tengo la sensación de que me cuesta más que al resto. Me cuesta más emoción, más ganas, más impulso, y siempre tengo la sensación de ser más vacía que cualquiera.
Se ve que ahora me sube la fiebre emocional, lo noto en el vacío del estómago, la nausea del dolor que surge de no aprehender la emotividad. La emotividad convertida en un moqueo constante pero ¿dónde coño he puesto los klinex?.

¿Qué hago con todo esto? ¿Cómo lo abandono? ¿Cómo lo vendo? 

No sé que hacer, no sé cómo respirar para que no me duela el diafragma. No sé el calibre de la lesión.
Repetiré todo, seré Sísifo y arrastraré la piedra. Seré ciega y observaré el paisaje de la colina. Es casi verano y ahora las golondrinas chillan.



domingo, 25 de mayo de 2014

La ternura y el as en la manga

Carezco de ternura. No tengo ni un ápice de tierna pero lloro, y mucho. Ponedme un documental donde un leona devore a una cebra y estaré llorando a moco tendido preguntándome, cual Schopenhauer, por qué es tan cruel la vida, sin consuelo ni respuesta. Soy arisca y me siento incómoda con la ternura aunque, por el contrario, tengo la capacidad de ser educada y acogedora, pero no puedo ser tierna; me cuesta aceptar el cariño de los demás, me resulta tan incómodo como un jersey de lana de roca. Me cuesta aceptar la ternura en tanto en cuanto la ternura se inscribe bajo un parámetro de feminidad en el que, por distintas razones, me resulta imposible encajar. En tanto en cuanto la ternura encaja con unos ideales femeninos que nunca han sido míos y que cuesta bastante re-interpretar y articular. Y seguramente tengan que ver con la negación de la fragilidad de los cuerpos feminizados.

No me gusta dar besos, la gente los vende muy baratos y además, el contacto físico, en mi caso, implica cierto grado de comodidad con elx otrx  (un grado de comodidad que puedo conseguir en una hora o tardar años en tenerlo porque, como casi todo, es una cuestión de cuerpos-mentes conversando). Supongo que esto es producto de una sociedad higienista, y de cómo aprendí a articular los afectos desde el espacio de un ser que aprende, que es vulnerable por razones impuestas desde fuera y descubre, con el tiempo, que es el hecho de ser vulnerable lo que le empodera. Pero esto es complicado de explicar y me desvío, sin querer, de la ternura, esa característica de la que parece que carezco.

No me gusta decir "te quiero" porque siento que está sobrevalorado y muy masificado, por lo que carece de sentido y sentimiento. Entiendo que amar es comprender y tener empatía por elx que se ama; que el amor es vehículo para desaparecer en elx otrx (algo que recuerda a esos personajes híbridos tan de finales del S.XIX) y mejorar lo común. Entiendo que el amor parte de un respeto profundo hacia la vida y la muerte, hacía la enfermedad. Una forma de articular el amor es la ternura. Entiendo que el amor es plural y se puede articular con el deseo pero que éste, a la vez, es también plural y múltiple. La ternura, como característica delx que ama también será plural y múltiple. Pero insisto, no soy tierna.

Últimamente ha caído en mis manos un libro sobre la tragedia, la locura y la cura. Sospecho mientras lo leo que padezco todos los males que describen. Es ese sentimiento de pathos que tengo tan marcado, una impostura como cualquier otra, y me sonrío de medio lado cuando siento que me pasa, porque una aprende a frivolizar y a buscar el atractivo de su impostura, y a que los demás tenga la posibilidad de levantarla sin que eso sea muy doloroso o vergonzoso porque, insisto, para éso está la frivolidad. Porque una acaba entendiendo,  en tanto que resuelve los conflictos con los demás -es una acción contradictoria y cíclica- que también se puede construir en la resolución  y que la resolución y la posibilidad de cambio te dan una mayor libertad, la libertad de elegir el cambio, la libertad de elegir la variable, la libertad de elegir ser nueva en un lugar conocido; y una forma de acceder a esa capacidad es la asignatura que parece que tengo pendiente: la ternura. 

Al fin y al cabo todo puede tratarse de conexiones neuronales, y quién dice que si realizamos pequeños cambios, esos cambios no desencadenen otras cosas mucho más grandes y complejas. Además, esos cambios, gracias a  diosx,  a veces están sujetos a la casualidad. Es una acción dialéctica, empática  y tierna. Es conocer las partes oscuras que no nos gustan de nosotrxs a través del espejo que son lxs otrxs y mostrarnos ante ellas comprensivxs y, si se puede o se quiere, tiernxs. Porque en el el acto de reflejarse, al igual que ocurre en un espejo,  se desarrollan las leyes de la reflexión, un fenómeno que fascinó durante años a nuestrxs antecesorxs y que hizo ahogar a Narciso y volvió loca a Eco.

Pero cambiando de mito, somos muchas cosas, eso nadie lo duda, pero yo quiero ser Teseo. No quiero ser ese Teseo que, gracias a Ariadna, se salva de su destino de morir a manos del maltratado Minotauro. Quiero ser el Teseo que sana. Quiero ser el Teseo que aprende de la empatía y de la ternura; el Teseo que ayuda a Heracles. El Teseo que comprende, entiende y dedica su tiempo alx otrx. Es cierto que todo esto me queda un poco grande. La impostura -secreta-, de pensar que la ayuda es una forma de egoísmo proyectado me dificulta toda interrelación con acciones más altruistas, pero se ve que me he levantado humanizada, se ve que la primavera me refresca la cabeza y caigo sin remedio en la creencia de que algo puede variar, de que la ternura no es un espacio vetado para un cuerpo como el mío y que la empatía puede sacarme de tanto solipsismo enfermizo y narcisista. 
Así que hoy, que ha dejado de llover, abriré la ventana de la habitación, regaré los pensamientos que se están secando por tanto calor, y guardaré en la manga el as de pensar que escribo mi historia como me place.

Pd: Quiero saber si la música que cuelgo se escucha, porque forman parte del proceso de escribir los textos (introducción a un espacio emotivo y rítmico). Besossss.

lunes, 12 de mayo de 2014

Diario de la pérdida y el deseo; 12 mayo

Nos bañamos, el agua está tibia y parece que empieza a hacer calor, llevamos una semana de calor y tiritas, de sandalias y sol amarillo cegador.
Respiro.
Piernas entrecruzadas. Pelo mojado.
El agua caliente me pone, no puedo evitarlo. El agua me pone. Me pone notar la humedad entre la piel, entre los pliegues. Las gotas surcar la espalda,  las gotas, las gotas del pelo mojado.
La levedad del pelo dentro del agua.
Sensación de ingravidez. Soy ligera y madera a la deriva. Cuando estoy dentro del agua estoy reconfortada.
No hay decisión en dejarse llevar, es relajante como respirar profundamente un día de lluvia. Respira en un día de lluvia, abre los pulmones y respira.
De nuevo vuelvo a esta bañera con azulejos amarillos.
Me lavo el pelo, meto la cabeza dentro del agua, como una Ofelia de clase media.
El sonido del agua contra la piel. Tus piernas, tus ojos. Un dedo  tuyo en mi boca y mi dedo dentro de ti.
Una mano en tu sexo, respiro hondo, te pregunto que quieres.
El agua esta en todas partes, el agua emite destellos cuando el sol se filtra entre su materia liquida.
Me sumerjo entre el no espacio y lo cachonda que me estoy poniendo.
Multiorgasmia acuática.
Cierro los ojos y sé dónde queda el mar, lo lejos que está de mis epiteliales.
Nostalgia.
Te susurro al oído, voy a acabar enfermando de melancolía.
Echo de menos el verano y el mar.
Otro lunes cae en el calendario.

lunes, 28 de abril de 2014

Diario de la pérdida y el deseo: 27 abril

Cuando vi por primera vez la hemorragia roja,
no podía creerlo.
Miré a los hombres andar a mi alrededor en la oficina .
Eran tan pasivos.
S.Plath


De mi  madre heredé muchas cosas, algunas confesables y otras no tanto. Su sangre, de una manera u otra, corre por mis venas. Odio el olor de la sangre y su sabor, su presencia me desestabiliza.
De mi madre heredé un mioma y dos ovarios polimicroquísticos, y heredé un montón de hemorragias que manchaban todas las sillas en las que me sentaba. Heredé una anemia y sus ojos negros.

Mi madre tuvo un aborto y un niño muerto. El nombre del niño sería Francisco Javier. Era tan grande como yo, pero nunca lo conocí.

Tengo un tatuaje en el culo que me hice después de leer a la Despentes y apropiarme de un montón de cosas. De apropiarme del deseo de los demás sobre mi cuerpo, pero eso no sé si tiene que ver con la sangre. Las mujeres de mi familia me educaron para ser atractiva para ellos, se tomaron mucho esmero. Me educaron para aprender a cruzar las piernas, para tener conversaciones suficientemente interesantes pero nunca inteligentes. Me educaron para parecer vulnerable.

Cuando era muy pequeña, yo abusaba de los niños de mi clase. Sobre todo de uno, de G. Lo ataba y le obligaba a que me besara. Un día, en la fila que hacían para comprobar si teníamos piojos, me besó sin tenerlo que atar. Me apunté secretamente un tanto y aprendí lo que era ruborizarse. Dos años más tarde un niño más mayor que yo me encerraba en el armario y no me abría hasta que le suplicaba. No volví a abusar de ninguno después de eso. Después de eso hubo muchos más que me encerraron a mí en otros armarios. El armario del que me perseguía cuando salía de clase y me decía lo buena que estaba; el armario del dentista amigo de mis padres que cuando íbamos de vacaciones -y con mi primer bikini blanco y de flores tropicales- me hacia ahogadillas agarrándome de la entrepierna y sonriendo a mi padre para decirle lo buena que iba acabar estando y el temperamento que me gastaba. El armario del que me besó cuando me desmayé a los quince en la puerta de una iglesia durante una borrachera; el armario del novio de una amiga, que me esperó en el portal y no me dejaba subir a casa porque estaba seguro de que a mí él me gustaba mucho. Nunca supe qué hacer con ello, con toda la vergüenza que tenía y la sensación de que esto siempre sería así.
  
Tengo un tatuaje en el culo que dice "Pasaporte: Fóllame" para apropiarme de todo lo que pensé que alguna vez fue culpa mía. Tengo un tatuaje en el culo porque con él me apropié del deseo de los demás, lo hice mío y manejable, sólo que no creo que lo quiera para nada.
Me desestabiliza la sangre y el deseo, me desestabiliza la necesidad de tener lo que deseo. Es violento. Es violento cómo articulo el deseo y la necesidad de estar con alguien.  

De mi madre heredé muchas cosas, pero no heredé ningún arma que me enseñara cómo dar la cara cuando está llena de rubor. Éso lo aprendí sola. Eso, lo aprendí gracias a otras mujeres que utilizaban el rubor para conquistar lo que querían, para conquistar lo rojo que hay en el carmín.






miércoles, 23 de abril de 2014

El feminismo es la península de Crimea.


A M:

La península de Crimea esta pidiendo ayuda a Rusia, esta pidiendo ayuda a Putin. 
La península de Crimea siempre caía en los exámenes de COU de Emilio.
La península de Crimea es un lugar tan conflictivo como lo es para una feminista convencida tener pulsiones sexuales clásicas. No sé qué es ser feminista pero sé que ser feminista no es negarse a la evidencia que para cada una es el deseo y sus caminos.

Tenemos cartografías emocionales desfasadas, de épocas que nos son ajenas, que no nos sirven. Ha cambiado la velocidad de las emociones y ha cambiado también la manera de entender las relaciones en si mismas, de entenderlas. Las cartografías son el símbolo de lo real pero sirven para desplazarse por lo real, son deípticos que definen y delimitan; pero estos, al igual que la geografía, pueden ser móviles, cambiantes, intinerantes, como las dunas del desierto donde fuiste un verano. ¿O era invierno?

La península de Crimea tiene en su mapa millones de trazos diferentes que la atraviesan y la definen. Tiene trazos tridimensionales en el tiempo, que pueden verse a la vez todos juntos si elegimos las transparencias adecuadas, y eso puede ser el feminismo: un montón de mapas, un montón de transparencias que están sujetas a constantes cambios y a constantes definiciones; sólo hay que darles la dialéctica adecuada, la dialéctica biográfica que está trazada en las lineas de la mano que expones ahora.

La península de Crimea es un punto conflictivo de Europa. La península de Crimea es un lugar límite, es un lugar que está entre dos mundos y que actúa como equilibrador de las potencias. El poder del límite es siempre que es el límite, no debemos olvidarlo nunca. El poder de la frontera es ser frontera. Es, que siempre se tiene que construir, siempre se tiene que reinterpretar. Empoderarse desde la frontera, desde la libertad de la frontera. Y tú misma puedes ser frontera y hacer de esa frontera la fuerza para seguir siendo frontera. La frontera es inclusiva porque todas somos siempre de todas partes y de ninguna. La frontera es un lugar mítico que recuerda al horizonte del mar que todas nos debemos. Caminar siempre hacia el horiozonte y no llegar nunca a tocarlo es realmente lo que nos hace fuertes, porque en el camino siempre hay compañeras. Y el trayecto relatado siempre resulta más fácil que el que no se narra y se oculta, porque pierde el poder de posicionarse como visible y como actante, como realizador de acción.

La península de Crimea es políticamente inestable, la península de Crimea es histérica. La península de Crimea ha sido colonizada y disputada. La península de Crimea consigue su fuerza de su localización, consigue su fuerza de la debilidad de estar expuesta. Porque quien se expone se libera, porque quien se expone se hace libre y, por lo tanto, invencible. La fuerza de la débil radica en que siempre se ha levantado del suelo para poder empezar, y las heridas son el orgullo de la batalla, y en la batalla da igual si se pierde o se gana, porque siempre se aprende de estar en el suelo; siempre se acaba descubriendo la velocidad que tiene tu cuerpo en el momento del impacto.


Construirse, entonces, los mapas emocionales desde donde una quiera, con lo que una quiera y sabiendo cómo los construye; sentir el orgullo de la que sabe ser frontera. Dudar de lo que viene de fuera y creer en el momento que estás viviendo; construir un mapa que, al igual que el mandala, tendrás que destruir al día siguiente, es donde radica el poder de lo efímero. Y solamente podemos ser efímeras, finitas, y ese es el secreto de la frontera. Sé frontera, sé limite, sé la península convulsa de Crimea, sé sus montañas, su mar y sus ríos, y lucha siendo frontera porque toda frontera es movible y el movimiento es aire, y el aire es libertad de ser de todas partes y de ninguna.





domingo, 20 de abril de 2014

Léeme, sígueme y úsame




Aquí está permitido
fijar carteles,
tirar escombros, hacer aguas
y escribir frases como...

Ángel Gonzaléz




Hoy voy a inventarme una historia para ti.

Una de esas historias de películas con canción triste y amantes, o una de esas historias de héroes y villanxs, de guerra o de hermanxs, contrabando o existencial; de piratas, de terror, de zombies o vampiros o, si lo prefieres, de animación, con canciones pegadizas o un musical de animales. 
Hoy voy a inventarme una historia y, al oído, te digo que  serás mi cmplice. 

S í g u e  léyendome mientras me invento esta historia. Tú me ayudarás. Esta historia donde puede ser pasado y puede ser presente y puede ser futuro. Tú puedes elegir el tiempo pero  s í g u e m e, cuélgate en mis palabras, acúnate en el ritmo que crean las palabras, y repasa el trazo que hacen las vocales.
Léeme, si te parece, para que de verdad acabemos teniendo esa historia que tú te mereces. Porque, aunque tú no lo sepas, todas las personas alguna vez, nos merecemos una historia como ésta.

S í g u e m e  en esta historia que puede construirse cerca del mar, en un hotel de sabanas blancas y día lluvioso con una montaña al fondo de un frondoso verde, o puede también, construirse en una isla tropical de aguas turquesas y sol cegador con bebidas dulces y lechosas.
S í g u e m e entre la selva tropical cerca de un yacimiento, agárrame de la mano para andar entre las calles de Kiel. Te subiré en esta moto y llegaremos a Detroit o seremos un par de amigxs que con un descapotable recorrerán la ruta 66. No te asustes, súbete en esta historia, cuélgate en esta narración, no bajes todavía.
S í g u e m e porque esta historia también se puede escribir en una ciudad cosmopolita entre restaurantes de sushi y cócteles de bebidas blancas y secas. No olvides que esta historia es una historia para ti y para mi y es una historia secreta entre lxs dos, una historia que entre lxs dos hacemos. Leerás mis palabras, harás imágenes con ellas, recuerdos, y todos y cada uno de ellos serán parte de esa historia secreta.

No es difícil, solo me seguirás el juego y, cuando lo hagas, cuando estés dentro de esta historia, ya no podrás contársela a nadie porque es una historia para ti y para mí y nadie más podrá saberlo. Yo cambiaré con cada lectura y tú podrás ser cualquiera, pero entre todxs lxs cualquiera solamente podrás elegir a unx cada vez y yo solamente podré ser unx cada vez que tú me leas, cada vez que camines entre mis letras.

Elije cualquier disfraz que te guste para esta historia y ponme a mí el que más te guste para el día que hoy tienes. Haz una pareja que quede bien en la instantánea que tienes ahora, cualquier pareja. Soluciona, en esta historia que estás haciendo conmigo, el mal día que hayas tenido, o prolonga los buenos momentos. Puede que mientras leas yo este detrás o puede que este respirando en tu cuello o puede que este en la habitación del otro lado de la puerta. O dentro. Puede también que no esté y que lo que quieras sea esperarme. Úsame, mánchame, utilízame, resignifícame dentro de estas palabras para que tú tengas esa historia que te mereces y que nunca nadie te ha escrito.

Seré real porque tú me estás haciendo real y una vez elegidos los disfraces del personaje que vamos a hacer, una vez que me contengas y me delimites y me des forma, seremos cualquier cosa, cualquier persona, con cualquier tiempo y cualquier espacio. Porque lxs protagonistas no son atravesadxs por la historia, lxs protagonistas se convierten en universales si lxs descontextualizamos para poder tener esta historia aquí y ahora. Así que somos protagonistas en tanto que nos descontextualizamos y nos contextualizamos en todo el universo que puede caber en cualquier texto, de todo el universo que cabe en este texto. Así que sígueme, léeme, úsame y ten aquí y ahora esa historia que te mereces, esa historia que quieres, esa historia que te suba el ego o te ponga. Sin más. Léeme, sígueme y úsame.





miércoles, 9 de abril de 2014

Diario de las pérdida y el deseo: astillas de abril

Soy lo que leo y lo que no quiero ser leído. 
Soy lo que escucho y lo que retengo, pero también soy lo que olvido. 
Soy lo que los demás dicen de mi y lo que nunca dirán, porque una, a veces, se construye en torno al limite de lo invisible y de lo que no se dice. 
Como un deforme ser mágico que habita en los umbrales.

Soy el color de nuestra habitación y el color que hay debajo de nuestra habitación.

 Soy tú. Y tú y tú, 
y regreso a ti porque me construyo en torno a ti. 
No  puedo ser leída sino no hay lectorxs.

En silencio, discuto y, en silencio, me leo a través de otrxs por el placer de dejar de oírme a mí misma. Me canso de ser yo misma y, durante un breve tiempo, me pongo cualquier abrigo de cualquier color. 

Soy aburrida y me recreo de todas las maneras posibles. 

Soy descortés y me apropio de todo lo que no me pertenece, pero 
                          
                         s 
                                    i
                                            l
                                                      e
                                                                n 
                                                                           c
                                                                                     i 
                                                                                                o 

        (No se lo digas a nadie)

                                                                    (Es un secreto entre 
                                                                                                  TÚ y YO). 

Soy la reina del disfraz de la pena. 
Tengo una pose que engaña y que hilo con frases de cualquiera. 
Soy el bonito corazón que me partió en dos de un mordisco
soy la que mató a un hombre podrían ser dos
Soy la que estuvo en Londres 
-de eso hace ya muchos años- 
andando despacio por la Red de San Luis 
y pensando a la vez no lo olvides, las palabras no pueden volverse atrás. 
Soy la que te dijo que imagines un montón de cosas. Que brillaba. Que era buena. 
Que  vivía sin sombrero sobre una cima dando vueltas a una rueda que hacía girar la tierra 
y que invisible entre las nubes tenía alguna influencia.
Soy la que cree que se descalzan los días para pasar de largo sin darnos cuenta, 
porque soy la que, al oído, 
una noche de ventana abierta y zumbido de mosquitos te dirá bajito: 

no envejecemos nunca. 

Tal vez no envejecemos, 
mientras toda la habitación se cubre de la luz azul de la luna, 
la luna por la que nadaba un pez.
Y, entonces cuando eso pase,
me preguntarás
con mirada de película francesa
de hace ya algunos años

¿de qué novela hemos salido 
y cuánto va a durar? pero irá
                                               c
                                               a
                                               y
                                               e
                                              n
                                              d
                                              o 

y entonces agarraré tu mano huesuda,
amor mío,
para que no llegue el nunca
y  aprenderemos a empujar las horas con la imaginación 
y será entonces, amor, ese día 
en que sentirás el abominable pesar de lo que calificarás como "imposible de vivir" y
será entonces cuando yo sea esa rubia
de dientes separados
y coleta alta
y vestido negro
pero, amor mío,
recuerda que soy lo que leo y lo que no quiero ser leído.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Diario de la pérdida y el deseo: el almendro 25 Marzo

Marzo está siendo marzo; marzo está siendo lluvia y viento y almendros y cerezos.

Durante una temporada pensé en tatuarme un almendro en alguna parte de mi cuerpo. Siempre me ha gustado el almendro y el refrán que le acompaña. Además, me gusta que mi cuerpo se pueda leer a través de la tinta de otras manos que no sean las mías, a través de trazos que no son de mis pliegues, que recuerdan a las marcas del ganado y que acaban siendo flexibles como la piel, mi piel, como las arrugas, mis arrugas, como el moreno, ese moreno que no me gusta y al que me acabaré acostumbrando porque, al igual que el tatuaje, me cuenta historias que me gustan, narra las historias a través del tacto, como lo hacen las estrías; las estrías que tengo en el culo y en las tetas.
Foto de J.Ayarza

C dice que los almendros, son los cohetes que anuncian la primavera y V siempre comenta que cuando florecen los almendros empiezan las actividades culturales. Teniendo en cuenta que no me gusta depositar mi ego en nada ajeno y lo voy a hacer, apropiándome con ello de esa figura que intenta explicar Kundera en la Inmortalidad, intentaré en vano decir que me gustan los almendros, pretendiendo con ello dibujar la imagen a los ojos de los demás, sabiéndome, aún así, que no soy dueña de ella,  y asumiendo torpemente, como Edipo asumió su destino que, aunque el yo es una mera apariencia inaprehensible, indescriptible, nebulosa y que la única realidad, demasiado aprehensible y descriptible es nuestra imagen, diré, sin que sirva de precedente, que me gustan los almendros; que me gustan los almendros en flor. Es entonces cuando se intenta ser la imagen de lo que se dice y, en este caso, se intenta ser Dafne; se intenta que el cuerpo, mi cuerpo se convierta en árbol, los brazos se ramifiquen y los pies se enraícen, se conviertan en una metáfora de Woolf, en una metáfora de Plath, en un ser mítico.

Es entonces cuando me hallo leyendo que el almendro, en lenguaje hebreo, es el árbol que vela, el árbol que escucha, y que se le compara con Jeremías. Y entonces provoco ese giro de trama que precipita la acción y recuerdo mi nombre con A, y recuerdo que es árabe, y recuerdo que es una ciudad fortificada, por lo que mi finalidad sería proteger, velar; aunque no creo que mi nombre cuente mucho, porque antes de gustarme lo odié sin condición, lo odié como se odian los recuerdos de los errores que se han cometido, como se odia el karma; y le busqué un sustituto. Un sustituto que empezase por G y fuese anglosajón y fuese parte de lo eterno y a la vez efímero, como lo es la espuma de las olas del recuerdo del mar a finales de Septiembre. Pero no estamos en Septiembre, estamos en marzo. En un marzo, lluvioso y con viento, en un marzo donde han florecido los almendros.
Pero es curioso cómo a veces mi cerebro rizomático parece unir las cosas. Encuentro una unión entre los almendros, mi nombre y mi cumpleaños. Una de esas uniones que parecen epifánicas, que parecen visionarias, que provocan la sonrisa de medio lado. Mi cumpleaños es en marzo, este marzo ahora lluvioso, con viento y frío; y que acuna los pasos de mis treinta y seis sueños caducados, de mis treinta y seis vidas que ya no voy a poder vivir.

Sigo leyendo y sé que al almendro se le confunde con la flor del sakura, los dos de la familia de las rosacéas; pero el sakura o falso cerezo, florece dos semanas más tarde. Busco otros significados, otros espacios simbólicos para agrandarlo, y descubro que representan la juventud, la fragilidad de los primeros brotes de primavera y el preludio de lo que viene. El preludio de las abejas, del zumbido de las abejas, del sol creciendo en el día, del calor, del sexo, de las primeras terrazas, del vino blanco en tu ático con un delicioso sushi que ahora ya sabemos preparar. Sonrío siempre que recuerdo. Sonrío siempre que el recuerdo se entreteje con este estado de astenia que tanto me gusta.

Me gusta el almendro en flor y el cerezo en flor. Me gusta cómo, al soplar el viento, las flores se deshacen de las ramas y flotan por el aire. Me gusta el tiempo que tardan en llegar al suelo, como si de un anime se tratase, como si de una postal del instagram.
Me gustan los almendros, me gustan los cerezos en flor y los entrelazo, caprichosamente, con mi biografía. Los uno por aquel día, ¿te acuerdas? Yo llevaba el peto y una de esas blusas de lazos. Recuerdas que después de una pequeña operación que me dejó una semana en la cama me llevaste a caminar y, aunque hubiese sido estupendo que esa historia continuase con una filmoteca, con Pierrot le fou o tout va bien y una plaza mayor y lluvia, sólo continúa con un paseo bajo los almendros y el sol sobre mi rostro y un mareo repentino que nos hizo dar la vuelta. Ya lo sabes, no soy rubia. Y no tengo los dientes separados, ni las rodillas blancas.
Ese día, que intento recordar para entrelazar con el almendro, para coser al tronco del cerezo, hacía sol y el rosa ocupó la retina. El rosa contra el azul del cielo, como si de los colores de plastidecor se tratase. Ese día en que anduvimos por el parque, ese día en que me mareaba, ese día que, recuerdo, desarrollé un miedo a dar el paso. Ese día que, ingrávida, llegué a la cama para tardar otro día más en salir; ese día que tengo que traer a este texto, para poder revivirlo a través de la ficción de mi recuerdo. 
Esa ficción que ahora se hace tan real y que dejará de ser mía j-u-s-t-o  e-n  e-l  m-o-m-e-n-t-o  e-n  q-u-e  t-ú  l-a  l-e-a-s.

_________
Gracias a todxs por leerme y gracias a J.A. por poder crearme una autoimagen a través de su obturador.