miércoles, 6 de marzo de 2013

Diario de la pérdida y el deseo; Marzo 5

A veces podrías ser cualquiera. A veces podría sustituirte por cualquiera que estuviese dentro de mi calendario pirelli personal. Por cualquiera de esxs en lxs que nadie piensa cuando piensa en el cajón desastre qué es ser mujer. No lo puedo evitar. Sé que lo haría, a veces, con cualquiera que se pareciese al reflejo de lo que eres. Lo haría sin cargo de conciencia, sin remordimiento pequeño burgués; en un baño, en nuestra cama, en un hotel  AC cualquiera de cualquier ciudad oscura con un montón de mujeres viudas que celebran el día de la mujer trabajadora con abrigos de piel color camel.
A veces te cambiaría por cualquiera de esxs butch, de esxs Tomboy, de esxs garrulxs poligonerxs cuatro por cuatro o por cualquiera de esxs mamarachxs que se travisten de mujer para reírse de ellas, de las mujeres viudas de abrigos de piel color camel. Lxs mamarrachxs poseen esa característica prohibida para cualquiera que haya nacido con el sexo mujer y quiera tener el género mujer, eso me resulta atractivo. 
No tengo criterio ante esas poses, no tengo elección. Ante esos cuerpos solo soy un montón de hormonas adolescentes que abren mucho el coño. Pornografía.

No puedo dejar de desear aquello que me recuerda a ti y, además, no me importa desearlo de esa manera tan marica, tan irracional, tan destroyer, tan superficial y objetualizable.
Lo siento pero soy así. Lo haría con cualquiera que llevase corbata, zapatos de cordones y un montón de testosterona química. Lo haría con cualquiera que llevase prótesis para hacer ostentación de su masculinidad. Me desarman, me vuelvo vulnerable y no me importa lo más mínimo. Puedo ser violenta e incluso incomoda. Lo sé, pero no puedo evitarlo, tengo ese carácter a lo Brian Kinney, con dos tetas, un coño y abusivo pintalabios rojo. 
Mi homenaje al día de la mujer es trabajarme un polvo con una butch, es la única manera que entiendo para homenajear el día de la mujer. Pensar en echar un polvo con alguien que me mira de medio lado desde la barra de un bar de ambiente con música de fondo pasada de moda y olor a ambientador de fresa. Echar un polvo mientras pido un tequila para tragarme el miedo al rechazo, mientras abuso de mi condición de exageración de lo femenino. Un polvo entre conversaciones banales, que lo único que quieren es descubrir la manera para poder llevarlxs a la cama sin mucha complicación y melodrama, sin mucho amor, sin mucha poesía. Despacio, eso si, para saborear el momento en que se van bajando las voces para rozar la piel del lóbulo de la oreja. Despacio para saborear mi narcisismo enfocado a convertirme en el objeto que deseas, despacio para saborear mi fetichismo sobre cada cosa, cada prótesis que utilizas para marcar un género que no te pertenece. Despacio para observar el color de la goma de los calzoncillos y poderte poner la mano en el paquete diciéndote qué es lo que quiero. Abusar del poder que nunca he tenido me pone bastante. Sentir que mi precio en el mercado puede bajar en función de la cantidad de alcohol y en función de lo que me ponga cualquier persona que no seas tú, pero se parezca a ti y me folle de esa manera. Sentir que el objeto objetualiza convirtiendo lo que observa en fetichismo pornográfico me pone, me pone mucho. Y me recreo a veces cuando voy en el coche y sale esa canción, con unx tú fotografiadx en mi cabeza de manera completamente pornográfica, y con otrxs que brillan como tú. Soy simple, pero encontrar el deseo y hacerlo mio me costó. Despacio también me gustaría mentirte, decirte que soy delicada y sofisticada, que me parezco a cualquiera con la que alguna vez hayas querido follar y no hayas podido. Despacio te puedo vender el cuento del príncipe y la princesa que comen perdices, lo puedo hacer despacio con conciencia y después, al día siguiente, decirte que todo esto era mentira y quedar con palabra de caballero, mientras me visto y observo tu espalda. La espalda, que ha sido surcada por mis dedos y mi lengua.
Despacio te puedo decir que es un cuento trágico, que tiene un final triste, te lo puedo decir muy despacio, para intentar convencerte de que queremos echar un polvo. Pero el final será siempre el mismo, te cambiare por cualquiera que se parezca a otra tú, te cambiare por el reflejo de cualquiera que me folle como tú, y al día siguiente, sin mucho afán, sin mucho entusiasmo me levantaré sin hacer ruido (es para lo único que me puedo comportar como una señorita en estos casos), me vestiré y llegaré a un acuerdo contigo, conmigo, para seguir buscándote incansablemente, insaciablemente en cualquiera que se parezca a ti, porque en el fondo soy una romántica sentimental.

1 comentario:

  1. Anónimo3/12/2013

    No tenía yo idea de que existieran tías que se murieran de deseo de verdad por tixs como yo... Sólo encuentro bolleras open mind de boquilla que se acaban escandalizando y que quieren limitar mis calzoncillos y mi paquete a la intimidad de su alcoba,chaladas que quieren hormonarme hasta las cejas y operarme, o tías que se enamoran " de mi alma " ( patético ) pero les rechina que me faje y la tenga de goma aunque esté bastante más buenx y folle bastante mejor que todos sus ex... Gran descubrimiento, joder!

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