viernes, 26 de julio de 2013

Diario de la pérdida y el deseo; 26 de agosto y cómo te voy a mentir.

He hecho mi tarea y he escrito mis votos, los votos que necesitas para creer que todo esto es un amor tradicional.
No sé si tendrán validez o si durarán este verano pero en ellos te haré promesas que suenen bien y que te puedas creer viniendo de alguien como yo. 
No te preocupes, no te haré daño si me coges de la mano y caminas despacio y a mi lado. Tengo cierta ternura con las personas como tú, tengo cierta condescendencia que me convierte en un amante fría, distante y adictiva. No te asustes, solo son unos votos para convencerte de que soy una mujer formal, de que soy una mujer que tiene la capacidad de amar al más puro estilo disneyland, porque todo el amor acaba siendo siempre un poco disneyland. Porque cuando se trata de hablar de amor y de parejas, todo acaba siendo un poco bella y bestia y un poco crepuscular.
Así que te prometo convertirme en la amante de Saigón, prometo ser eternamente viernes, si me agarras de la mano y vienes conmigo a la cama. Lo haré despacio, sé que te gusta que lo haga despacio, no quiero que te instales en el miedo que aparece en las clavículas. Además, me he cortado el pelo, ya no soy tan fatal, ni tan femme. 
Te susurraré al oído que somos ángeles, te cantaré que somos héroes, te prometeré un amor epopéyico pero si no te sientes Ulises o Penélope, buscaré la manera para hacerte sentir que tenemos un amor de batín y zapatillas. Pero haz el favor de no ser melodramáticx, odio el melodrama y el sentido revistero del amor. Podemos hablar de tormentas y tempestades si el día sale luminoso. Podemos también, hablar de días de playa y sardinas, como esas canciones tontas que me gusta bailar y que al final, igual que tú, también me creo; podemos y puedo convencerte de que tenemos un amor de tumbonas y after sun, un amor de BCN, un amor con gafas de sol y vestimenta de Saint Tròpez. ¡te favorecen tanto las rayas, y a mi me sientan tan bien los pañuelos anudados en el pelo al mas puro estilo Jackie!.
Te prometo que te iré a buscar un día de lluvia a tu casa, te contaré que es algo irremediable el que subamos a la cama, que es irremediable que te vaya desnudando mientras ronroneo deberes que no voy a cumplir y que tú necesitas oír. Mojada te besaré despacio, para mantener esa respiración entrecortada de la duda, no te abrazaré, solo te besaré, y rozaré con mis dedos la palma de tu mano, notarás mis dedos y las gotas de agua que surcan los pliegues de mi piel, el agua será la pauta, las gotas de agua sobre tu palma, las gotas de agua sobre tus labios, aparecerá el beso, ese beso será de esos largos sin lengua y húmedo, como los besos asépticos de los amantes cuando llega la hora de despedirse y aparece la pena. Será un beso de pena impostada que desarmará tu falso caparazón de sensibilidad. Mantendremos la tensión mientras te beso y no acierto con la manera de llevarte hasta el sofá, hasta la cama. No será una escena tórrida, una escena donde suelo andar más cómoda, porque sé que andas con las clavículas contraídas y no aciertas a quitarme el sujetador, ese sujetador que distraidamente he comprado con pretenciosidad sexy. Pero eso será después
del beso, después de una charla aparentemente existencial y condescendiente, porque en realidad lo único que quiero es convencerte de que quieres acostarte conmigo, lo único que quiero es quitarte el pantalón. Me rozaras la cara mostrando una extraña comprensión, te apartaré los rizos de la frente y desearé besarte en la nuca, desearé oler el sudor de tu cuello y absorberlo en el beso, adoro tu olor. Te meteré mano de una manera torpe, seguro que no es fácil meterte mano si estamos sentadxs en el sofá. Seguiremos entre besos y conversaciones absurdas a caballo entre el humor y el existencialismo. Llegará el momento en que sea más cómodo ir a la cama, ese momento en el que no se cabe en el sofá, cambiaremos de posturas, no acertaremos con la adecuada. Tocaré cada pliegue de tu piel para memorizarlo pero será un memoria a corto plazo; mañana, al rato, cuando me vista, puede que todos tus pliegues se me hayan olvidado, y será entonces cuando todos los votos que te he prometido se conviertan en el arma que me escupirás, porque he tenido que mentirte aunque solo quería echar un polvo contigo.

2 comentarios:

  1. Anónimo7/27/2013

    Me has recordado al beso de Rayuela, en el que uno es capaz de demorarse en 1milimétrico pliegue de humedad; tb aL beso entrecortado que se quedó atrapado en la duda, al silencio entre beso y beso...que es exactamente el sonido q cruje entre deseo y realidad
    Me enrolo entre las sábanas de este sábado de nubes santanderinas y un poco de nostalgia por todo el deseo q no fue capaz de sucumbir pero a cambio planeo posturas reinventads en el cuerpo de hoy

    ResponderEliminar
  2. Sólo un beso, tan sólo un kiss de quitar pantalones y de vestirse sudadxs después de sexo. Un beso que inicia y termina. Un beso doble. Me encanta Zelda. Gracias

    ResponderEliminar