domingo, 20 de abril de 2014

Léeme, sígueme y úsame




Aquí está permitido
fijar carteles,
tirar escombros, hacer aguas
y escribir frases como...

Ángel Gonzaléz




Hoy voy a inventarme una historia para ti.

Una de esas historias de películas con canción triste y amantes, o una de esas historias de héroes y villanxs, de guerra o de hermanxs, contrabando o existencial; de piratas, de terror, de zombies o vampiros o, si lo prefieres, de animación, con canciones pegadizas o un musical de animales. 
Hoy voy a inventarme una historia y, al oído, te digo que  serás mi cmplice. 

S í g u e  léyendome mientras me invento esta historia. Tú me ayudarás. Esta historia donde puede ser pasado y puede ser presente y puede ser futuro. Tú puedes elegir el tiempo pero  s í g u e m e, cuélgate en mis palabras, acúnate en el ritmo que crean las palabras, y repasa el trazo que hacen las vocales.
Léeme, si te parece, para que de verdad acabemos teniendo esa historia que tú te mereces. Porque, aunque tú no lo sepas, todas las personas alguna vez, nos merecemos una historia como ésta.

S í g u e m e  en esta historia que puede construirse cerca del mar, en un hotel de sabanas blancas y día lluvioso con una montaña al fondo de un frondoso verde, o puede también, construirse en una isla tropical de aguas turquesas y sol cegador con bebidas dulces y lechosas.
S í g u e m e entre la selva tropical cerca de un yacimiento, agárrame de la mano para andar entre las calles de Kiel. Te subiré en esta moto y llegaremos a Detroit o seremos un par de amigxs que con un descapotable recorrerán la ruta 66. No te asustes, súbete en esta historia, cuélgate en esta narración, no bajes todavía.
S í g u e m e porque esta historia también se puede escribir en una ciudad cosmopolita entre restaurantes de sushi y cócteles de bebidas blancas y secas. No olvides que esta historia es una historia para ti y para mi y es una historia secreta entre lxs dos, una historia que entre lxs dos hacemos. Leerás mis palabras, harás imágenes con ellas, recuerdos, y todos y cada uno de ellos serán parte de esa historia secreta.

No es difícil, solo me seguirás el juego y, cuando lo hagas, cuando estés dentro de esta historia, ya no podrás contársela a nadie porque es una historia para ti y para mí y nadie más podrá saberlo. Yo cambiaré con cada lectura y tú podrás ser cualquiera, pero entre todxs lxs cualquiera solamente podrás elegir a unx cada vez y yo solamente podré ser unx cada vez que tú me leas, cada vez que camines entre mis letras.

Elije cualquier disfraz que te guste para esta historia y ponme a mí el que más te guste para el día que hoy tienes. Haz una pareja que quede bien en la instantánea que tienes ahora, cualquier pareja. Soluciona, en esta historia que estás haciendo conmigo, el mal día que hayas tenido, o prolonga los buenos momentos. Puede que mientras leas yo este detrás o puede que este respirando en tu cuello o puede que este en la habitación del otro lado de la puerta. O dentro. Puede también que no esté y que lo que quieras sea esperarme. Úsame, mánchame, utilízame, resignifícame dentro de estas palabras para que tú tengas esa historia que te mereces y que nunca nadie te ha escrito.

Seré real porque tú me estás haciendo real y una vez elegidos los disfraces del personaje que vamos a hacer, una vez que me contengas y me delimites y me des forma, seremos cualquier cosa, cualquier persona, con cualquier tiempo y cualquier espacio. Porque lxs protagonistas no son atravesadxs por la historia, lxs protagonistas se convierten en universales si lxs descontextualizamos para poder tener esta historia aquí y ahora. Así que somos protagonistas en tanto que nos descontextualizamos y nos contextualizamos en todo el universo que puede caber en cualquier texto, de todo el universo que cabe en este texto. Así que sígueme, léeme, úsame y ten aquí y ahora esa historia que te mereces, esa historia que quieres, esa historia que te suba el ego o te ponga. Sin más. Léeme, sígueme y úsame.





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