jueves, 10 de octubre de 2013

Diario de la pérdida y el deseo: Octubre 1

Quiero encerrarte entre estas palabras, quiero contenerte en este texto de una tarde de un martes lluvioso. Me gusta que llueva y voy a hacer que nuestra historia quepa entre estos párrafos, entre estos renglones que se escriben con lo que nunca te voy a decir. Quiero desmembrarte y convertir cada extremidad de tu cuerpo en un objeto fetiche para mi disfrute, en dildos desestructurados.
Quiero hacer todas las cosas que sé que no se deben hacer para mantener nuestra integridad sana.
Quiero tener una relación donde tú seas mi objetivo y mi objeto, quiero una de esas relaciones en las que me convierto en tu depredadora ofreciéndote toda la libertad que nunca vas a tener. No conozco mejor droga que las promesas de libertad, para alguien de tu estilo.
Te engañaré con mi mejor foto, con esa que hace que parezca un ser inofensivo y bueno, con esa en la que adolezco de cierta impronta de niña pija.
Seré el lobo con piel de cordero y será precisamente eso lo que quieras de mí, querrás de mí ese engaño que te proporciona mi personalidad mutable y versátil.
Quiero tener una relación contigo; una de esas relaciones que son malas para los niveles óptimos de salud, de esas en las que no puedes dejar de pensar en mí y yo no puedo dejar de oler el sudor de tu espalda en las pulseras de cuero de mis muñecas.
Quiero que tengas miedo al compromiso y que te pongas nerviosx cuando intimamos. Quiero penetrar entre los pliegues de tu cuerpo, de tu vello, para que no puedas pensar en nada más que no sea yo; ser tu motor, lo que provoca en ti el movimiento, no sabes lo que me excita que te cueste la movilización hacia adelante y solo sepas dar círculos imitando el avance.
Necesito que tengas ese tipo de necesidad de mí, esa que nunca vas a tener por nadie que no seas tú, eso es lo que me hace desearte de esta manera tan en celo.
Eres hermosx con tanto miedo y no sabes que eso es lo que siempre me ha nutrido, soy un cazador como esa canción de Vegas. Eres de acceso difícil, como las ostras, pero es posible que no encuentre la perla. No me importa, lo que me fascina es el riesgo que hay en conseguirla, lo que me fascina es la dificultad de resistencia que me presentas, la posibilidad de herirme en tu búsqueda es lo que me atrae irremediablemente hacia tu centro de gravedad; pero eso tampoco lo sabes.
Tu incapacidad para intimar conmigo con esa intensidad que piensas que yo tengo, eso es lo que me vuelve loca. Sonrió de lado cada vez que veo eso en mí, es una impostura sencilla y cómoda, pero eso tampoco te lo voy a decir, porque necesito que te creas todas esas mentiras de este flirteo tan especial que caben en este texto.

Te estoy siendo infiel contigo desde este texto y no sabes lo bien que me sienta y lo mucho que me divierte tanta frivolidad. Me sorprendo leyendo nuestra historia solo en este texto, solo entre estas palabras y no puedo evitar pensar en ti desde aquí, desde esta pantalla, desde estas teclas grises. Solo pienso en ti si estoy aquí. Solo me fascinas desde lo que narro de ti a través de este texto; fuera de él, no eres nada especial, fuera de él,  yo no soy nada sugerente, pero en este texto puedo ser todo lo que quiera y convertirte en todo lo que desee, y por eso me resultas tan irremediablemente atractivx, por lo que tú tienes de este texto,  porque tú puedes ser cualquiera y porque la fascinación de lo narrado me hace que quiera tener una relación contigo, aquí, ahora, en este texto mientras me lees, porque ahora existo a través de ti.

1 comentario:

  1. Anónimo10/11/2013

    Tu texto me hace pensar en un nuevo tecnicismo lingüístico que incorporo a los Desmanuales de Crítica Metaliteraria:
    Orgasmo textual e intertextual

    Sólo a través de la "Lingüíxtica" saboreo en todas sus dimensiones, pliegues y poros tus palabras.

    ;)

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